Científicos de la FML descubren nueva especie de bagre en el Bermejo
Científicos de la FML descubren nueva especie de bagre en el Bermejo

En el noroeste argentino, las aguas del río Bermejo guardaban un secreto trascendental para la ciencia: una nueva especie de pez nunca antes registrada en el país. Se trata del bagre banjo Ernstichthys casalinuovoi, descubierto recientemente por un equipo de investigadores colombianos y argentinos, entre los que se destacan el Dr. Gastón Aguilera y el Dr. Guillermo E. Terán, especialistas en Ictiología de la Fundación Miguel Lillo.
Los otros autores de este descubrimiento son Alejandro Méndez-López (UEL – Unidad Ejecutora Lillo; FML y CONICET), Martín Miguel Montes (Centro de Estudios Parasitolóicos y de Vectores; CEPAVE-CONICET) y Tiago P. Carvalho (Universidad Nacional de Colombia - sede Bogotá).
Los científicos dialogaron con FML Web para remarcar la importancia científica de este hallazgo que confirma a la cuenca del Bermejo como una de las regiones más ricas en biodiversidad de peces en Sudamérica.
Todavía existen especies desconocidas para la ciencia y descubrirlas significa ampliar nuestro conocimiento sobre la vida que habita los ríos. En particular, los cursos de agua del noroeste argentino son muy interesantes porque albergan numerosas especies endémicas, es decir, que no existen en ningún otro lugar del mundo. Cada nueva especie descubierta aporta piezas clave para entender la biodiversidad de la región y cómo se organizan sus ecosistemas. Además, contar con esta información brinda herramientas fundamentales para planificar su conservación antes de que estos ambientes sufran un mayor deterioro.
Su importancia radica en que amplía los límites de distribución conocidos para un grupo de peces que se pensaba ausente en el país y en toda esta región biogeográfica. Este hallazgo no solo incorpora un nuevo género y una subfamilia a la fauna argentina, sino que también muestra la existencia de conexiones naturales entre la cuenca del Bermejo y grandes sistemas fluviales como el Amazonas y el Paraguay. Así, la especie se convierte en un puente biológico que ayuda a comprender mejor los vínculos entre las diferentes cuencas sudamericanas.
La cuenca alta del río Bermejo es un verdadero “punto caliente” de diversidad porque reúne una gran cantidad de especies endémicas, muchas de las cuales fueron descubiertas y descritas en los últimos años por investigadores lilloanos. Allí confluyen ambientes de transición entre los Andes y las grandes cuencas sudamericanas, lo que genera una mezcla única de especies locales con otras de origen amazónico y paranaense. Esa combinación explica porqué la región es tan rica y valiosa desde el punto de vista de la biodiversidad.
Cada nuevo hallazgo es una pieza de evidencia que nos permite reconstruir la historia evolutiva de los peces en Sudamérica. En este caso, el descubrimiento muestra cómo ciertos grupos lograron dispersarse desde el Amazonas hacia otras regiones, ocupando nuevos ambientes y expandiendo sus límites de distribución. Al mismo tiempo, ayuda a explicar cómo distintas cuencas —que hoy parecen separadas— estuvieron conectadas en el pasado y cómo esos vínculos dieron forma a la composición de la fauna actual.
“El descubrimiento de Ernstichthys casalinuovoi no solo amplía el conocimiento científico sobre la fauna de Sudamérica, sino que también recuerda la urgencia de conservar los ecosistemas de agua dulce. Cada nueva especie identificada es una pieza clave en el rompecabezas de la biodiversidad y una señal de todo lo que aún queda por descubrir en nuestros ríos”.
Enfrentan múltiples presiones. Entre las principales amenazas se encuentran la degradación del hábitat por desmontes y actividades agrícolas, la contaminación de los cursos de agua, la construcción de represas y los efectos del cambio climático, que alteran los caudales naturales de los ríos. Todo esto pone en riesgo a especies que, como este bagre banjo, suelen tener áreas de distribución muy restringidas, lo que las hace particularmente vulnerables a cualquier cambio en su ambiente.
Con Miguel, dos de los autores (Gastón y Guillermo) colectamos los primeros ejemplares de esta especie. Nombrarla en su honor es un reconocimiento a un amigo y colega con quien compartimos durante muchos años recorridas de campo, largas jornadas de muestreo y el entusiasmo por descubrir la diversidad de los ríos del noroeste. Para nosotros, poner su nombre en esta especie significa unir la ciencia con la memoria y la amistad.