El Jardín Botánico Carlos Thays de Buenos Aires brindó al Jardín de la FML la licencia de uso del software "Base Cano". Importancia y crecimiento.
Este 2018 se cumplen 20 años de la pertenencia del Jardín Botánico de la Fundación Miguel Lillo (FML) a la Red Argentina de Jardines Botánicos, lo cual marca un antes y un después en la historia del jardín e implica un reconocimiento no solamente nacional sino también internacional.
Como parte de las acciones de este 'año aniversario', se firmó una "carta compromiso" entre la FML y el Jardín Botánico Carlos Thays (JBCT) de Buenos Aires mediante la cual este último brinda la licencia de uso del software denominado "Base Cano" a la FML y la capacitación correspondiente. "Esto es el resultado de gestiones que veníamos realizando desde hace un tiempo entre la directora del JBCT, Ing. Graciela Barreiro y la encargada del Jardín de la FML, Ana Levy", destaca Regina Sáez, responsable de la Base Cano en el Jardín lilloano, quien viajó a Buenos Aires a realizar la capacitación pertinente con el Ing. Fernando Cano, mentor del software.
Regina Sáez"Son pocos los jardines botánicos que tienen una base de estas características. Para nosotros será trascendente: este sistema informático nos brinda las herramientas que permiten llevar un registro organizado de toda la información, los procesos y particularidades de nuestra colección de plantas"
En Argentina, los Jardines Botánicos se han mantenido con gran esfuerzo y, en la mayoría de los casos, en forma aislada con poca o ninguna comunicación entre ellos. Por eso, las XXVI Jornadas argentinas de Botánica, en 1998 (Río Cuarto, Córdoba), fueron determinantes: allí se aprobaron los estatutos de la Red argentina de Jardines Botánicos -RAJB- como asociación civil y se conformó la primera comisión directiva para el período 1997-2003. Fue entonces cuando el Jardín de la FML comenzó a pertenecer y articular acciones con esta Red.
Coordinar las actividades y promover la comunicación entre los diferentes Jardines Botánicos nacionales a través de cursos, jornadas, publicaciones, etc.
Ampliar los programas de conservación in situ en colaboración con Parques Nacionales y Reservas para tener un mayor impacto.
Transmitir y promocionar el valor de los recursos vegetales de una zona determinada entre las personas que la habitan a través de programas educacionales.
Organizar cursos de entrenamiento en educación ambiental y de investigación científica con la participación de especialistas nacionales e internacionales.
Trabajar para obtener el reconocimiento político y jerarquización de las tareas en su ámbito.
