Lilloa 53 (2): 299–310, 2016
305
ras de los vasos son alternas multiseriadas,
de tamaño medio (7 a 10 µm) (Figs. 6B,
6E). Se observó la presencia de fibras y fibro-
traqueidas. Las fibras son mayormente no
septadas, y en menor medida septadas (Fig.
6G), tienen una longitud promedio de 900 a
1600 µm, y paredes gruesas con punteaduras
simples (Fig. 6G). Las fibrotraqueidas son
más cortas, y de paredes medias a gruesas
con punteaduras areoladas pequeñas (Fig.
6B). El parénquima axial es apotraqueal di-
fuso agregado y paratraqueal escaso, en se-
ries longitudinales con un cristal prismático
por célula (Figs. 6A, 6D). Los radios tienen
un curso sinuoso desviándose en las cerca-
nías de los vasos (Fig. 7A), son uni, bi o tri-
seriados, heterogéneos altos (de más de 1
mm de alto), con células cuadradas, pro-
cumbentes y erectas, con predominio de las
primeras (Figs. 6A, 6E, 6F, 6G, 6H). La den-
sidad de radios es de 6 por mm lineal. Algu-
nas células parenquimáticas (tanto radiales
como axiales) presentan cristales prismáticos
de carbonato de calcio y en otras se obser-
van gránulos de almidón (4-5 por célula),
que miden 5 µm en promedio (Figs. 6D, 6F).
El floema secundario rodea completa-
mente los cilindros vasculares y se compone
de una fracción muy delgada de floema con-
ductor (activo) y otra de floema no conduc-
tor (inactivo) con banda de células parenqui-
máticas isodiamétricas, con cristales pris-
máticos de carbonato de calcio y con gránu-
los de almidón, que alternan con bandas o
conjuntos de fibras floemáticas, y con cana-
les secretores (Figs. 5E, 5F). Por fuera del
floema secundario, continúa un parénquima
fundamental en la parte interna del tallo,
mientras que en la parte externa del tallo,
continúa con un ritidoma compuesto por cé-
lulas muertas del floema secundario, entre-
mezclados con la peridermis y el súber o
corcho (Fig. 5F).
DISCUSIÓN
DESARROLLO DEL CILINDRO
VASCULAR COMPUESTO
Las variaciones al crecimiento cambial
típico se encuentran representadas en distin-
tas familias de plantas vasculares, especial-
mente en las formas trepadoras (Angyalossy
et al., 2012). La familia Sapindaceae es el
caso más distintivo, ya que cuenta con 4 ti-
pos de variaciones estructurales del cilindro
vascular (dividido, compuesto, cordado y fi-
surado), ya descriptas y estudiadas por dis-
tintos autores (Metcalfe y Chalk, 1983; John-
son y Truscott, 1956; Tamaio et al., 2011;
Angyalossy et al., 2012). Serjania laruottea-
na se caracteriza por poseer un cilindro vas-
cular de tipo compuesto, que se diferencia
del resto porque se origina durante el creci-
miento primario como resultado de la pre-
sencia de procámbiumes múltiples (Araujo y
Costa, 2006; Tamaio y Angyalossy, 2009).
Cada cilindro vascular (tanto el central
como los periféricos) tiene un ciclo concén-
trico de procámbium que generará un cám-
bium durante el crecimiento secundario y,
como consecuencia, la presencia de cámbiu-
mes múltiples en el tallo. De esta manera, el
cilindro central y los cilindros periféricos
aparecen de manera simultánea. Cada cilin-
dro, presenta médula y cámbium propios, y
funcionan más o menos independientemente
unos de otros. Los periféricos están raramen-
te conectados con el cilindro vascular cen-
tral, excepto en las regiones nodales (Ta-
maio et al., 2011; Johnson y Truscott,
1956).
La actividad cambial en S. laruotteana
es constante durante todo el año, razón por
la cual no se observan anillos de crecimien-
to (Angyalossy et al., 2015). A pesar de ser
constante, hay sectores de mayor actividad
que otros. En general hay una mayor activi-
dad cambial en el cilindro central y las zo-
nas de los cilindros periféricos que están cer-
canas al central (Lima, 2012; Angyalossy et
al., 2015), mientras que hay una menor acti-
vidad cambial hacia la periferia. Debido a
este tipo de actividad desigual, las médulas
de los cilindros periféricos son excéntricas
(ver Figs. 3B, 3C).
En trabajos previos, se había descripto
que el número de cilindros vasculares en el
tallo de la S. laruotteana variaba entre 4 a 6
(Tamaio et al., 2011) y que este número era
diagnóstico para la especie. Sin embargo, en