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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Áreas de proveniencia de meta-sedimentos e
interpretacn geoquímica de ambientes tectónicos de
deposicn de la Formación Puncoviscana: Cordillera
Oriental y Sierras Pampeanas, Argentina
ä
Resumen La Formación Puncoviscana s.l. constituye una importante secuencia litoes-
tratigráfica constituida dominantemente por psamitas y pelitas, con intercalaciones subordina-
das de conglomerados, carbonatos y vulcanitas, depositadas en una cuenca somera, entre el
Neo-Proterozoico y el Terreneuviano sobre el borde occidental de Gondwana, el cual se habría
comportado, para algunos autores, como cuenca de anteps y para otros, como borde con-
tinental pasivo, tesituras que nosotros combinamos, como secuencias de un mismo proceso
evolutivo. En la Formación Puncoviscana s.l. se encuentran ichnofósiles agrupados en dos
asociaciones con diferentes distribuciones: una zona con la asociacn de Nereites saltensis,
que correspondería a los niveles más altos del Ediacarano y otra con la asociación de Oldhamia
radiata, que se ubicaría en niveles del Terreneuviano. Por otra parte los circones detríticos,
dan una amplia gama de edades, que indican proveniencias desde terrenos Paleo-Protero-
zoicos, Meso-Proterozoicos y Neo-Proterozoicos a los que se suman los del Terreneuviano.
Estos valores radiométricos corresponden a las diferentes áreas cratónicas reconocidas en el
continente Sudamericano, con edades desde 2300 a 950 Ma. Aunque tambn se detectan
edades entre 850 y 580 Ma, que indicarían actividad ígnea entre el final del Ciclo Suns y
el comienzo del Ciclo Pampeano, que denominamos Ciclo Ancajano. Las secuencias clásticas
de la Formación Puncoviscana, cuya base se inicia con el Ciclo Ancajano, constituye una
secuencia continua formada desde meta-sedimentos a sucesiones metamórficas en Facies
Esquistos Verdes a Anfibolitas, desarrolladas durante el Ciclo Pampeano y cuya culminacn
corresponde a la orogenia Tilcárica acaecida a los 520 Ma, evidenciada por la discordancia
que la separa del Grupo Men. El desarrollo de la cuenca en un ambiente marginal distensivo
entre los 580 y 540 Ma, dio lugar al desarrollo del magmatismo ultrabásico, a básico alcalino
y a toleítico; mientras que la culminación de la secuencia sedimentaria, ya en un ambiente
compresivo, entre los 540 y 520 Ma, genera el importante magmatismo calco-alcalino y
meta- a per-aluminoso en la Cordillera Oriental y en las Sierras Pampeanas de Catamarca,
Santiago del Estero y Córdoba. Los análisis geoquímicos realizados en los afloramientos repre-
sentativos de los diferentes niveles de metamorfismo, permitió utilizar diagramas de elementos
mayores, menores y trazas, para caracterizar ambientes de deposición de los sedimentos,
que en general corresponden a «Margen Continental Activo» y «Arcos de Islas Oceánicas y
Continentales». Por otra parte pudo establecerse que los detritos sedimentarios aportados
a la cuenca de Puncoviscana, corresponde esencialmente a sedimentos cuarzosos y a rocas
ígneas félsicas, que son típicas de Corteza Continental Superior (UCC), siendo los procesos
sedimentarios muy similares en la totalidad de las rocas estudiadas, como lo demuestra la
composición geoqmica global y el comportamiento de las tierras raras.
Palabras clave: Formación Puncoviscana, Ambiente tectónico, Proveniencia Corteza Con-
tinental Superior, Discriminación geoqmica.
Recibido: 10/05/17 Aceptado: 04/12/17
Alejandro J. Toselli
1
, Florencio G. AceñolAzA
1
, Hubert Miller
2
, Juana N. rossi
1
1
Instituto Superior de Correlación Geológica (INSUGEO). Miguel Lillo 205, (4000) Tucumán, Argenti-
na. ajtoselli@yahoo.com.ar; facenolaza@gmail.com; juanitarossi@gmail.com.
2
Department für Geo-Unweltwissenschaften. München. Luisenstr. 37, 80333. Manchen. Germany.
hubert.miller@iaag.uni-muenchen.de.
Provenance of the Puncoviscana Formation meta-sediments and
geochemical interpretation of its tectonic-setting in Cordillera
Oriental and Sierras Pampeanas, Argentina
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
ä
Abstract Provenance of the Puncoviscana Formation meta-sediments and geochemical
interpretation of its tectonic-setting in Cordillera Oriental and Sierras Pampeanas, Argentina”.
The Puncoviscana Formation sl. is an important lithostratigraphic sequence consisted of domi-
nantly psammites and mudstones, interbedded with subordinate conglomerate, carbonates and
volcanics deposited in a shallow basin between the Neo-Proterozoic and Terreneuvian on the
western edge of Gondwana, which for some authors would have behaved as foreland basin
and for others as a passive continental margin, a thesis we interpret like sequences of one
same evolutionary process. In Puncoviscana formation sl. ichnofóssils are grouped into two
associations with different distributions: an area with Nereites saltensis, which correspond
to the highest levels of the Ediacaran and another one with Oldhamia radiata, which would
fit on Terreneuvian levels. On another side, detrital zircons giving a wide range of ages, indi-
cate provenances from Paleo-Proterozoic, Meso-Proterozoic and Neo-Proterozoic terranes to
which are summoned those of Terreneuvian. The available radiometric values correspond to
different cratonic areas recognized in the South American continent from 2,300 to 950 Ma.
There are also detected zircon ages between 850 and 600 Ma, which indicate igneous activ-
ity between the end of the Sunsas and the beginning of the Pampean cycle. We propose the
name of Ancajano Complex for this interval. Clastic sequences of the Puncoviscana formation,
begin over the Ancajan Complex and comforms a continuous sequence from meta-sediments
to Greenschists and Amphibolites metamorphic facies developed within the Pampean cycle and
it ends with the Tilcaric orogeny occurred at 520 Ma, evidenced by the unconformity that
separates the Puncoviscana Formation from Meson Group. The development of an extensional
marginal basin between 580 and 540 Ma, led to the extrusion of basic alkaline, ultrabasic
to a tholeiitic magmatism; whereas the culmination of the sedimentary sequence, and in a
subduction environment, between 540 and 520 Ma, it generates significant calc-alkaline and
a per-aluminous magmatism in the Eastern Cordillera and Precordillera of Catamarca, San-
tiago del Estero and Córdoba provinces. Geochemical analyzes on representative outcrops of
different metamorphic levels, allowed us to use major, minor and trace element diagrams to
characterize environments of deposition of sediments, which generally correspond to Active
Continental Margin” and Oceanic and Continental Arc Islands”. In addition, it could be shown
that sedimentary debris which contributed to the Puncoviscana basin, essentially correspond
to siliceous sediments and igneous felsic, which are typical of Upper Continental Crust (UCC),
being very similar sedimentary processes in all the studied samples, as evidenced by the
overall chemical composition and behavior of the Rare Earth Elements.
Keywords: Puncoviscana formation, Tectonic setting, Upper Continental Crust source,
Geochemical discrimination.
INTRODUCCIÓN
Desde el sur de Bolivia y continuando en
el noroeste de Argentina, hasta Córdoba y
San Luis, se desarrollaron una serie de cuen-
cas de carácter intra- a pericratónicas en el
borde de Gondwana occidental, con desa-
rrollo de desitos csticos heteroneos
de importante significación regional, entre
el Ediacarano y el Terreneuviano, conocida
como cuenca de Puncoviscana. Estas estu-
vieron controladas por los núcleos cratóni-
cos denominados «Amazónico Occidental o
Guaporé», «Mara», «Río Apa – Río de La Pla-
ta», «Arequipa Antofalla» y «Margen acti-
vo Meso-Proterozoico superior», con edades
superiores a los 2 Ga.
Básicamente, las rocas que afloran en te-
rritorio argentino, se asignan a la Formación
Puncoviscana s.l. que tiene varias unidades
equivalentes con afloramientos en el borde
andino desde el sur de Bolivia (Formación
San Cristóbal), en localidades de Sierras
Pampeanas (formaciones Suncho, Negro
Peinado, San Luis, etc.) hasta el norte de la
Patagonia (Formación Jagüelito) sensu Ace-
ñolaza y Aceñolaza (2005).
Por otra parte el desarrollo de esta cuenca
o sub-cuencas, han tenido distintas interpre-
taciones geotectónicas, ya sea como formada
en un margen pasivo relacionada a extensión
por rift (Aceñolaza y Miller, 1982; Ježek et
al., 1985; Willner et al., 1983; Do Campo y
Riveiro Guevara, 2005); o la propuesta dada
por Kraemer et al. (1995), Keppie y Bahl-
burg (1998) y Zimmermann (2005), que
sostienen que el desarrollo de la cuenca de
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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
antepaís se produjo por deformación corti-
cal debido a la carga sedimentaria, al oeste
del orógeno Pampeano. Ambas hipótesis han
sido presentadas y discutidas en numerosos
trabajos, utilizando distintos tipos de argu-
mentos.
Nosotros sostenemos que la secuencia
sedimentaria se ha iniciado en una cuenca
distensiva desarrollada con dirección NNE-
SSO, siguiendo una de las ramas de la es-
tructura aulacogénica (Aceñolaza y Durand,
1986), que evoluciona desde el «Triple Pun-
to Boliviano», en el este de Bolivia, que ya
fue enunciada por Kroner (1981) y poste-
riormente desarrollada por Litherland et al.
(1986) y Suarez Soruco (1989, 2000). Este
Punto Triple habría sido el responsable de la
ruptura de los núcleos antiguos de Guaporé,
Arequipa-Antofalla y Río de La Plata, que
controló el desarrollo de las cuencas que se
desarrollaron en la región entre el Neo-Pro-
terozoico y el Paleozoico inferior, que se ex-
tiende desde Bolivia hasta la región central
de Argentina. Los trabajos de Tosdal (1996)
y Lucassen et al. (2000) basados en datos
geológicos, geocronológicos y geoquímicos
establecieron la estrecha afinidad existente
entre Arequipa-Antofalla y el Cratón Amazó-
nico Occidental.
De dichos antecedentes y siguiendo a Li-
therland et al. (1986) consideramos la asig-
nación del Ciclo San Ignacio-Sunsás como la
referencia estratigráfica y cronológica más
adecuada para constituir el basamento con
edades del orden de 1400 a 950 Ma. Esta
cuenca, que corresponde al orógeno Pam-
peano, está limitada al oeste, por el terreno
de Arequipa-Antofalla y al este por los cra-
tones de Guaporé y Rio de la Plata.
En la región norte de la Cuenca predo-
minan las rocas sedimentarias que han su-
frido procesos diagenéticos a bajo grado de
metamorfismo, mientras que hacia el sur
predominan áreas con rocas metarficas
de mediano grado. Algunos autores como
Willner (1990) y Willner y Miller (1986)
argumentan sobre la base de evidencias
geoquímicas que las rocas más deformadas
y con mayor metamorfismo, representarían
niveles corticales más profundos y por ende
más antiguos, de las sucesiones supra-corti-
cales. Por otra parte Mon y Hongn (1991),
interpretan las diferentes sucesiones meta-
mórficas, como relacionadas a diferentes
eventos tectono-metamórficos.
Debido a las diferentes interpretaciones
ambientales sostenidas hemos seleccionado
afloramientos representativos para los estu-
dios geoquímicos de las rocas silico-clásticas,
de las secuencias de la Quebrada de Huma-
huaca y sierras del Campo, Guasayán y San
Javier, junto a localidades de bajo a media-
no grado de metamorfismo de las sierras de
Ancasti, Quilmes, Cumbres Calchaquíes, La
bila y Famatina, con miras a relacionar
los resultados con los obtenidos por otros
autores que ya realizaron estudios similares
en diferentes localidades Sierras Pampea-
nas, Sierras de Famatina, Cordillera Orien-
tal y Puna, como von Gosen (2009, 2014),
Zimmermann (2005) y en la sierra de Los
Llanos (Verdecchia et al. 2014). Los análisis
los hemos integrado con las bases de datos
publicados por (Willner et al., 1983; Lottner,
1986; Rossi et al., 1997; von Gosen, 2009),
que permiten caracterizar los ambientes en
los que se produjo la deposición. Con esto
pretendemos vincular los eventos tecni-
cos del Neo-Proterozoico-Cámbrico inferior
en territorio argentino e identificar la base
de la Formacn Puncoviscana y las áreas
de proveniencia del material sedimentario,
para interpretar la evolución del margen
del Gondwana occidental. Los resultados
obtenidos serían complementarios, con las
conclusiones obtenidas por los autores men-
cionados.
ANTECEDENTES
Los depósitos más antiguos reconocidos
en el continente sudamericano y sus eventos
magmáticos-metamórficos asociados, esta-
rían relacionados con cuencas pericratónicas
que corresponden a varios ciclos orogénicos
cuya mayor expresión geológica se desarro-
lla en el borde amazónico boliviano-brasile-
ño. Allí se reconoció la existencia de varios
eventos que, según Litherland et al. (1986),
se caracterizan bajo las denominaciones de
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
Ciclo San Ignacio (1400-1280 Ma), Ciclo
Suns (1280-950 Ma) y Ciclo Brasiliano
(950-500 Ma) sensu Almeida et al. (1981).
Con algunas diferencias autores brasileños
como Colombo et al. (1999), a estos ciclos se
los reconoce como Provincias Geocronológi-
cas y que si bien se fundamentan en datacio-
nes de rocas, las mismas presentan algunas
variaciones en sus valores y se las denomina:
o Negro-Jurena (1800-1550 Ma); Cinturón
Rondoniana-San Ignacio (1560-1300 Ma);
Bloque Paraguá (>1700 Ma); Ventuarí-Ta-
pajós (1950 1800 Ma); Escudo Amazóni-
co (>2300 Ma); Cratón del Río de la Plata
(2200 Ma) y Arequipa-Antofalla (1100 Ma)
(Fig. 1), o sea valores correspondientes al
Paleo-Proterozoico, Meso-Proterozoico y
Neo-Proterozoico.
Dataciones radimétricas realizadas sobre
el llamado Cratón de Arequipa-Antofalla
Terrane») permiten identificar rocas con
valores correlacionables al cratón Amazónico
del área boliviano-brasileño, lo mismo ocu-
rre con los estudios de afinidad geoquímica
con el Cratón Amazónico occidental (Tosdal,
1995; Lucassen et al., 2000).
También en el borde occidental del Cra-
tón del Río de la Plata, se reconocen rocas
cronológicamente vinculadas con las del
borde occidental amazónico (Gaucher, 2005,
2009; Aceñolaza y Toselli, 2009; Toselli et al.
2012), al igual que en el ámbito de las sie-
Figura 1. Esquema geotectónico con la ubicacn de la regn estudiada y su relación en el
contexto de las principales unidades cratónicas de Sudamérica.
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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
rras de Córdoba, Santiago del Estero y pro-
vincia de Buenos Aires (Rapela et al., 2007;
Sims et al., 1999).
Al referirnos a la Formacn Puncoviscana
s.l., es importante tener en cuenta su signifi-
cado crono-estratigráfico, así como el marco
regional en el que se desarrolló la sedimen-
tación. Los datos cronológicos obtenidos de
los circones detríticos, permiten interpretar
el origen y procedencia de las rocas que la
componen y sus relaciones con diferentes
eventos orogénicos.
Con respecto a su ubicación estratigráfica
en primer lugar se destaca que por su con-
tenido paleontológico se asigna esta unidad
al lapso Ediacarano-Terreneuviano. Trazas y
cuerpos fósiles encontrados en distintas lo-
calidades del noroeste argentino, permiten
asignar la icnofacies de Nereites saltensis a
los niveles más altos del Ediacarano; mien-
tras que los que contienen Oldhamia radiata
forman parte de niveles del Terreneuviano
(Cámbrico inferior) (Durand y Aceñolaza,
1990; Aceñolaza y Aceñolaza, 2005).
En los últimos años al intensificarse las
dataciones isotópicas sobre circones det-
ticos presentes en diferentes afloramientos
se comprueba que los datos obtenidos tie-
nen un amplio rango cronológico. Las po-
blaciones de mayor edad presentan valores
del orden de los 850 Ma, mientras que las
rocas portadoras de icnofósiles se sitúan en
los 540 - 525 Ma.
El techo de la Formación Puncovisca-
na se sitúa en los ~520 Ma, posicn cro-
nogica que tiene a la Orogenia Tilcárica
como responsable de la gran deformación
tectónica que afectó a los afloramientos de
la Formación Puncoviscana y unidades equi-
valentes, las cuales estuvieron acompañados
por eventos ígneo-metamórficos. En discor-
dancia angular, por sobre éstos, se dispone
la sucesn silicicstica de edad mbrica
correspondiente al Grupo Mesón (discordan-
cia tilcárica).
Este buen conocimiento sobre el tope de
esta unidad estratigráfica, es totalmente dife-
rente con respecto a su base, de la que no se
conoce fehacientemente ni su edad, ni sobre
que terrenos se asienta, teniendo en cuenta
el rol que le cupo a los núcleos proterozoicos
de la región (Fig. 1). Como ya se dijo, por un
lado estaba el Cratón Amazónico Occidental
(Guaporé) mientras que por otro lo eran el
de Arequipa-Antofalla y el del Río de la Plata
con edades >1500 Ma y que en consecuen-
cia debieron aportar a la cuenca sus detritos.
Es conocido que en el margen del Macizo
Guaporé se desarrolló una cuenca periférica
cuyos datos cronológicos van desde 1280
a 950 Ma (Cuenca Sunsás). En este mismo
lapso hay depósitos y rocas ígneo-metamór-
ficas en el núcleo Arequipa-Antofalla y en el
borde occidental del Río de La Plata.
Como se ve, en ese lapso temporal y
constituyendo poblaciones de circones hay
diversas agrupaciones que dan indicios de
acontecimientos ígneos pre-Puncoviscana.
En localidades de la sierra de Ancasti y de
la quebrada de Humahuaca, es notable que
la población de circones más jóvenes tienen
valores mayores a los 900 Ma, lo que signi-
fica que éstos terrenos formarían parte del
Ciclo Sunsás. Pero hay otros afloramientos
cuyos picos más jóvenes tienen valores del
orden de los 800 Ma., y otros aún más jóve-
nes con valores de 600 Ma. Dichas poblacio-
nes son previas a las propias de Puncovisca-
na s.l. (~540 Ma) (Aceñolaza et al., 2010.
Esto implica interpretar que hay rocas co-
rrespondientes a otros ciclos entre Sunsás y
Puncoviscana, sobre los cuales se apoyaría
esta unidad. El problema de identificación,
se da cuando se sospecha que la litología de
Puncoviscana s.l. y las correspondientes a los
ciclos previos parecen ser similares, lo que
dificulta diferenciar las rocas que originaron
y proveyeron los circones. Por otra parte no
se han identificado fehacientemente macizos
con edades entre 850 y 600 Ma.
En un trabajo anterior (Adams et al.,
2011) hemos planteado un cuadro estrati-
gráfico indicando que la posición de la base
de Puncoviscana habría de posicionarse en
el Criogeniano, sin descartar una edad algo
s joven correspondiente al Ediacarano.
Ello llevaría a suponer que habría ciclos
orogénicos previos, no identificados, en la
cuenca en la que se depositó la Formación
Puncoviscana.
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
En general las secuencias meta-sedimen-
tarias de la Formación Puncoviscana s.l.,
están integradas esencialmente por rocas
clásticas con bajo grado de metamorfismo,
con caracteres de turbiditas (Ježek y Miller,
1986, 1987; Ježek, 1990). Los estudios se-
dimentológicos de (Ježek et al., 1985, 1986;
Ježek, 1990; Durand, 1990) y con apoyo de
datos químicos (Willner et al., 1985; Willner,
1987) describieron las litologías de dichas
rocas meta-sedimentarias (Fig. 2). En gene-
ral la secuencia geológica muestra importan-
te deformación regional y metamorfismo de
bajo a mediano grado. Con desarrollo res-
tringido, se presentan niveles de conglome-
rados, carbonatos e intercalaciones volcáni-
cas (Aceñolaza et al., 1988; Durand, 1990;
Porto et al., 1990; Omarini et al., 1999a;
Escayola et al., 2011).
La continuación de los afloramientos de
la Formación Puncoviscana hacia el sur en
las Sierras Pampeanas, con rocas de mayor
grado metarfico, es interpretada como
una transición continua (Willner et al., 1987;
Aceñolaza et al., 1988). No obstante uno de
los mayores obstáculos para correlacionar
las diferentes unidades, es la ausencia de
fósiles en amplias regiones, que no permite
subdivisiones dentro de las monótonas se-
cuencias meta-clásticas. Asimismo, las su-
cesiones, litológicamente monótonas, están
afectadas por importantes deformaciones y
actividad magmática del Cámbrico medio al
Ordovícico inferior (Rapela et al., 1998), que
dificulta establecer correlaciones regionales
o medir espesores reales.
Los datos de isótopos de Nd de las rocas
meta-sedimentarias de bajo-grado obtenidos
por Bock et al. (2000); así como los datos de
medio- a alto-grado de metamorfismo (es-
quistos, gneises y calco-silicatos) obtenidos
por Pankhurst et al. (1999); Pakhurst y Ra-
pela (1998); Rapela et al. (1998); Lucassen
et al. (2000), representan solo áreas restrin-
gidas, con edades de formación de corteza
que varía entre 1,5 y 1,8 Ga, para los meta-
sedimentos de bajo grado y de 1,5 a 2,1 Ga,
para las rocas metamórficas de mediano- a
alto grado.
Las edades de circones detríticos conteni-
dos en las rocas, cubre un espectro de prove-
niencias de áreas continentales, con edades
comprendidas entre el Paleo-Proterozoico,
Meso-Proterozoico y Neo-Proterozoico tem-
prano (entre 1900 a 850 Ma). También se
determinan edades criogenianas y ediacara-
nas entre 850 y 541 Ma. La morfología de los
circones encontrados en algunas secuencias
silico-clásticas, tobáceas y volnicas, evi-
dencian la actividad magmática (volcánica
y plutónica), que ocurre en el Terreneuviano,
desarrollada en algunas áreas de deposición
de la Formación Puncoviscana.
En general los sedimentos tienen su fuen-
te en las diferentes áreas cratónicas, escudos
y cinturones más antiguos ya mencionados,
todos los cuales se consideran potenciales
fuentes de sedimentos transportados por
los ríos que fluyeron hacia el margen pasi-
vo del océano paleo-Pacífico (Adams et al.,
2005, 2008a, b, 2009, 2011; Aceñolaza et
al., 2010). No debe olvidarse las edades
Meso-Proterozoicas del terreno Arequipa-
Antofalla (1100 Ma), situado al oeste de la
cuenca y cuyo aporte sólo fue explorado por
Ježek (1990). En la figura 3 se sintetizan las
edades y los limites temporales asignados a
los diferentes ciclos.
Adicionalmente, deben considerarse los
datos bio-estratigráficos y radiométricos
que son consistentes con las edades de de-
posición de la Formación Puncoviscana, en
el Ediacarano-Terreneuviano (Aceñolaza y
Aceñolaza, 2005, y referencias allí citadas)
y las edades Rb/Sr de metamorfismo de 541,
540 y 504 Ma, en las provincias de Tucumán
y Salta (Adams et al., 2005).
Autores como von Gosen (2009, 2014);
Zimmermann (2005); Simpson et al. (2003);
Schwartz y Gromet (2004); Rossi et al.
(1997); Keppie y Bahlburg (1998) entre
otros, fueron ajustando la interpretación de
los depósitos silico-clásticos del Paleozoico,
utilizando los datos geoquímicos como base
de trabajo, logrando importantes resultados
en regiones de las provincias de Catamarca,
La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Cór-
doba.
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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Figura 2. Mapa geológico del noroeste de Argentina, mostrando las áreas con dataciones
conocidas. Los símbolos representan los isótopos utilizados para rocas ígneas y metamórficas.
Las áreas datadas se identifican como sigue: QH: Quebrada de Humahuaca. QT: Quebrada
del Toro. SQ: sierra de Quilmes. CC: Cumbres Calchaquíes. SJ: San Javier. SC: sierra del
Campo. SG: sierra de Guasayán. SA: sierra de Ancasti. SFa: sierra de Famatina. SFi: sierra
de Fiambalá. QC: Quebrada La Cébila. SNC: sierra Norte de Córdoba. Intrusivos graníticos:
T: Tipayoc. C: Cañani. SR: Santa Rosa de Tastil. M: Mojotoro. AB: Albigasta. I: Icaño.
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
PETROGRAFÍA
Las rocas sedimentarias clásticas que
constituyen a la Formacn Puncoviscana,
son interpretadas por Ježek y Miller (1986)
y Jek (1990) como los protolitos de las
secuencias metamórficas de bajo y mediano
grado, que están formadas por rocas poli-
cíclicas depositadas en un margen continen-
tal pasivo, estando caracterizadas por cuarzo
dominante, con feldespatos y litoclastos vol-
cánicos y sedimentarios angulosos, así como
por material limo-arcilloso, que indican baja
selección, junto a relativamente corto trans-
porte y rápido soterramiento.
Dichos caracteres petrogficos son in-
terpretados por Zimmermann (2005) como
correspondientes a una cuenca de antepaís,
que no permiten en general, la maduración
de los sedimentos y que corresponden a un
ciclo sedimentario. Nosotros consideramos
que dichos caracteres petrográficos son cla-
ramente correspondientes con este ambien-
te, que corresponde a la culminación de la
evolución de la cuenca que se inició como
ambiente distensivo y culminó como cuenca
de antepaís, con la deposición de los sedi-
mentos típicos que caracterizan a la Forma-
ción Puncoviscana.
Para caracterizar la distribución y carac-
teres petrográficos de las rocas de la Forma-
ción Puncoviscana y términos equivalentes
con mayor metamorfismo, se han seguido
criterios de campo, junto a las evidencias
geocronológicas. La petrografía, idealmente
requiere para su clasificación, que las rocas
sílico-clásticas tengan baja madurez y granu-
lometría adecuada. La mayoría de las rocas
de la Formación Puncoviscana son de grano
medio a fino y están pobremente seleccio-
nadas, con altos contenidos de matriz, que
hacen difícil realizar la cuantificación de mi-
nerales por medio de un contador de puntos,
por lo que las clasificaciones petrográficas
son esencialmente cualitativas. Ante estas di-
ficultades, se las clasificó utilizando diagra-
mas geoquímicos, que se presentan más
adelante. Las localidades estudiadas corres-
ponden a las sierras de Famatina, San Javier,
Nogalito, del Campo, Ancasti, Choromoro,
Quilmes, Cumbres Calchaquíes, quebradas
de Humahuaca, del Toro, de Purmamarca,
y de La bila. En general se las clasifica
como litarenistas y grauvacas que gradan
a limolitas y pelitas, que habrían resultado
de un transporte sedimentario relativamen-
te breve sin procesos mayores de reciclaje,
que no permit maduración del material,
ni alteración avanzada. Esto se observa en
los clastos de feldespatos frescos, o con dé-
bil alteración. Esta aparente contradicción
con las edades de los circones, indica que los
Figura 3. Cuadro cronoestratigráfico con las edades propuestas por la IUGS (2015) y con
los valores asignados a los ciclos y orogenias en Sudamérica.
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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
materiales lábiles correspondientes a fuentes
más distantes son degradados granulométri-
camente con el transporte y sólo los mate-
riales provenientes de áreas más próximas
son los que sobreviven para formar las rocas
estudiadas. En diferentes localidades de la
Formacn Puncoviscana, se ha observado
el desarrollo de pseudo-matriz, que se re-
laciona con la disolución de litoclastos poco
estables, tales como sedimentarios de grano
fino, o de componentes volcánicos.
En los ambientes modernos, la alteración
esfuertemente condicionada por los ácidos
orgánicos en ambientes tropicales húmedos.
Considerando que no había vegetales que cu-
brieran los continentes en el Neo-Proterozoi-
co - Terreneuviano, deducir la influencia de
un control climático es difícil, pero se pue-
de interpretar que durante el transporte se
produjo la débil alteración de los minerales
lábiles y de los litoclastos, en un ambiente de
tipo cálido y húmedo como los postulan para
esta época (Ramstein et al., 2004).
OROGENIA TILCÁRICA
Los procesos de deformación, metamor-
fismo y plutonismo asociado a la Cuenca de
Puncoviscana, tiene lugar en el Cámbrico in-
ferior a medio y se activan con el cierre de
la cuenca, relacionada probablemente con la
colisión del terreno Arequipa-Antofalla con
el margen oeste de Gondwana y la actividad
de la placa paleo-Pacífica.
En la secuencia meta-sedimentaria defor-
mada se desarrollan pliegues abiertos y cliva-
je de plano axial en los niveles pelíticos, con
metamorfismo de Facies Esquistos Verdes.
Asimismo, en el basamento en el noreste de
Tucumán, el desarrollo del metamorfismo es
esencialmente sin-cinemático y los eventos
térmicos son particularmente evidentes en
las proximidades de los plutones graníticos.
El metamorfismo generalmente desarrolla
re-cristalizacn de la matriz y la orienta-
ción preferencial de las micas. En algunas
áreas del basamento se alcanzan las zonas
de la clorita, biotita, granate, estaurolita y
sillimanita, en las sierras de Quilmes, Ancasti
y Cumbres Calchaquíes. En estas localidades
no es fácil determinar donde los eventos me-
tamórficos corresponden a la orogenia Tilcá-
rica, o a eventos orogénicos y metamórficos
posteriores acaecidos en tiempos ordovícicos
(Ciclo Famatiniano, sensu Aceñolaza y Tose-
lli, 1976).
Es importante tener en cuenta que la oro-
genia Tilcárica, acaecida entre los 540 y 520
Ma, es más antigua que el Grupo Mesón de
edad Cámbrica media a superior, que se de-
posita discordantemente sobre la Formación
Puncoviscana, especialmente en las provin-
cias de Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán.
METAMORFISMO
Sobre la base de la propuesta original de
Willner y Miller (1986) y Willner (1990),
de división en zonas tectono-metamórficas,
se consideran dos tipos de agrupaciones: a)
Unidades en las que se reconocen sus ca-
racteres sedimentarios (Zonas I y II); y b)
Unidades con metamorfismo donde ya se
han borrado los caracteres sedimentarios
(Zona III).
z
onA i
Corresponde a la típica Formación Pun-
coviscana de las provincias de Salta y Jujuy,
donde las rocas silico-clásticas psamíticas
están constituidas por granos de cuarzo-
plagioclasa-feldespato potásico-clorita-micas
blancas-fragmentos líticos, opacos y mine-
rales pesados, que varían de sub-angulares
a sub-redondeados y se interpretan como
depositados en un ambiente marino somero
(Ježek, 1990). Los colores varían general-
mente de grises a verdes y sólo localmente
tienen colores rojizos, especialmente en las
rocas pelíticas. El conjunto pertenece a un
piso tectónico somero, donde las caracterís-
ticas sedimentarias y la microfábrica original
son visibles. Las rocas muestran un solo ple-
gamiento penetrativo, aunque existen defor-
maciones sin-sedimentarias. El clivaje S
1
se
desarrolló solo en pelitas, mientras que las
psamitas presentan un débil bandeado como
clivaje de plano axial.
El cambio desde la Zona I a la Zona II, es
a
c
ompañado por el incremento del metamor-
76
A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
fismo sin-cinemático de muy bajo a bajo gra-
do, con mayor desarrollo de illita - biotita y
re-cristalización de la matriz.
zonA ii
De muy bajo a bajo grado de metamorfis-
mo. Comprende el NE de las Cumbres Cal-
chaquíes y las sierras del NE de Tucumán. Se
Figura 4. Diagramas de clasificación log/log de psamitas y pelitas de Pettijhon et al. (1972),
con los campos modificados por Herron (1988) A: En el diagrama de Pettijohn et al. (1972)
las muestras se concentran en los campos de litarenitas y en menor concentración, en
grauvacas y arcosas. B: En el diagrama de Herron (1988) las muestras se concentran en
los campos de waques y litarenitas y en menor proporción en el de las pelitas. Símbolos: 1:
Sa. Ancasti. 2: Qda. La Cébila. 3: Sa. El Campo. 4: Sa. Guasayán. 5: Cumbres Calchaquíes
y Sa. Quilmes. 6: Sa. San Javier. 7: Qda. Humahuaca. 8: Sa. Famatina.
77
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
caracteriza por una mayor deformación con
un bandeado tectónico penetrativo en rocas
me
ta-psamíticas como un clivaje de plano
axial (S
1
) con pliegues D
1
desde acostados
a sub-verticales, con dirección NE-SO y plie-
gues coaxiales D
2
de arrastre. La estructura
S
2
se presenta como clivaje de crenulación
en las metapelitas y como clivaje de fractura
en las metapsamitas.
z
onA iii
Se desarrolla en la zona central de las
Cumbres Calchaquíes, en la sierras de Ancas-
ti, Aconquija y E de Quilmes. Está constituida
por esquistos listados o micacitas finas ban-
deadas, que muestran un bandeado de 2 a 3
mm, con alternancia de bandas claras ricas
en cuarzo y oscuras con abundante biotita,
cuya asociación típica es de: cuarzo-biotita-
moscovita-clorita-albita (andalucita - granate
-
estaurolita). Muestra un progresivo cam-
bio en la fábrica con desarrollo de pliegues
cerrados, con transposición del bandeado
S
1
, como resultado del apilamiento de los
planos S anteriores. Esta zona ha sufrido di-
versos eventos metamórficos y deformativos
(Toselli y Rossi de Toselli, 1973, 1982, 1984;
Toselli et al., 1984) y el evento D
1
se asocia
al metamorfismo M
1
y produce la esquisto-
sidad S
1
, con desarrollo de cuarzo, clorita,
moscovita, biotita y granate. El evento D
2
, se
relaciona a M
2,
produce pliegues isoclinales
y segregaciones de cuarzo paralelos al ban-
deado, así como el desarrollo del clivaje S
2
.
Esta zona se caracteriza por la orientación
variable de los ejes de los pliegues D
2
.
MAGMATISMO
El magmatismo del Ciclo Pampeano,
clásicamente están desarrolladas en las pro-
vincias de Jujuy y Salta. Aunque también se
han identificado en las sierras de Fiambalá,
Ancasti, Ambargasta y Chica, de las provin-
cias de Catamarca, Santiago del Estero y
Córdoba. Al mismo, lo podemos separar en
dos grupos no bien definidos, aunque cada
uno tiene significado tectónico particular. El
vulcanismo efusivo intercalado en la Forma-
ción Puncoviscana tiene edades entre ~580
y 540 Ma; y el plutónico-volcánico relacio-
nado con la orogenia Tilcárica, está entre los
540 y 520 Ma, que marca el inicio del Ciclo
Famatiniano.
Coladas de basaltos toleíticos y alcalinos,
ades de ultrasicas ocupan áreas res-
tringidas, que se asocian con los fenómenos
distensivos que permitió la deposición de la
Formación Puncoviscana. Los mismos fueron
descritos en la Cordillera Oriental y Puna por
Chayle y Coira (1987), Manca et al. (1987),
Coira et al. (1990). Asimismo, en la Cordille-
ra Oriental, Escayola et al. (2011) identifican
intercalaciones de delgados niveles tobáceos,
con edades de 537 Ma.
Por otra parte, en las Sierras Pampeanas
Orientales de las provincias de Santiago del
Estero y Córdoba se describen dacitas y rio-
litas intruidas como domos y diques en esta-
dios tardíos de intrusión de los granitos, con
edades U/Pb convencional de 584+/-22/-
14 Ma, los cuales se encuentran intercalados
con los meta-conglomerados de la Formacn
La Lidia (Llambías et al., 2003). Rocas de
esta edad, también han sido descritas en la
Sierra de Fiambalá (Grisson et al., 1998) que
reconocen un evento ígneo-metamórfico de
550 y 540 Ma, en Facies Esquistos Verdes
y Anfibolitas, relacionado con la intrusión
de un gabro-norita con caracteres calco-al-
calinos.
El segundo grupo magmático incluye a
los plutones descritos en el norte de Argen-
tina, Cañaní, Tipayoc, Santa Rosa de Tastil
y Mojotoro, todos los cuales son de carác-
ter post-tectónico y relacionados con la fase
orogénica diastrófica Tilcárica (Omarini et
al., 1987a, b). Las rocas son principalmen-
te tonalitas, granodioritas hornbléndicas y
granitos biotíticos, todas ellas con caracte-
res calco-alcalinos y meta- a per-aluminosos
(Omarini et al., 1999a; Hauser, 2011).
Rocas de esta edad, también han sido
descritas en diferentes localidades de las Sie-
rras Pampeanas, como en la Sierra de Ancasti
(Albigasta e Icaño) por Bassi (1952) y Scha-
lamuk et al. (1983) con edades K/Ar entre
512 y 468 Ma. Asimismo, en las Sierras Pam-
peanas Orientales de las provincias de San-
tiago del Estero yrdoba se describen rocas
78
A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
graníticas con edades entre 567 y 500 Ma
(Koukharsky et al., 2003; Castellote, 1989)
que intruyen en un basamento constituido
por esquistos, gneises, anfibolitas y migma-
titas. También Miró et al. (2004), Rapela et
al. (1991) y Ianizzotto et al. (2013), y von
Gosen (2014) identifican rocas graníticas
con edades de 537 y 519 Ma. La presencia
de conglomerados conteniendo rodados de
riolitas e ignimbritas, en la sierra de La Ove-
jería, han sido citados por Durand (1988) y
datados por Toselli et al. (2015), con edades
U-Pb en circones en 525 Ma.
MÉTODOS GEOQUÍMICOS
Los análisis químicos utilizados para este
trabajo incluyen datos propios y también
los obtenidos de los trabajos publicados por
Willner et al. (1983); Ježek y Miller (1986)
y Rossi et al. (1997) con referencias obliga-
das a las publicaciones realizadas por von
Gosen et al. (2009); Zimmermann (2005);
Keppie y Balhburg (1999), los que en mu-
chos casos son utilizados como patrones de
comparación.
Los análisis químicos sobre roca total de
los elementos mayores, menores y trazas
fueron realizados por Actlabs Laboratory
(Canadá), utilizando un método estandari-
zado que es una combinación de fusión del
polvo de roca con metaborato/tetraborato de
litio y determinaciones de alta precisión por
INAA, ICP-WRA y ICP/MS, utilizando para la
calibración estándares externos de materia-
les naturales y sintéticos (más detalles sobre
las metodologías utilizadas se encuentran en
www.actlabs.com).
Las muestras con bajo metamorfismo, ob-
tenidas por los autores, corresponden prefe-
rentemente a la fracción original psamítica
fina de las rocas clásticas silicáticas, aunque
en algunos sectores se utilizó la fracción pe-
lítica. Se trabajó con 121 muestras de ele-
mentos mayores y 38 muestras de elementos
trazas, entre los que se incluyeron algunos
análisis publicados por Willner et al. (1983);
Rossi et al. (1997); von Gosen (2009), Lött-
ner (1986). Estos resultados están expresa-
dos en las Tablas 1 y 2, en que las muestras
están ordenadas según las localidades geo-
gráficas de procedencia.
ÁREAS DE MUESTREO
Las zonas muestreadas corresponden a
localidadespicas de la Formacn Puncovis-
cana, en la quebrada de Humahuaca sobre
el río Guasamayo (Tilcara) y en Chucalesna.
También se muestrearon localidades repre-
sentativas de las Sierras Pampeanas: Esquis-
tos bandeados en Facies Esquistos Verdes en
las sierras del Campo, Guasayán, San Javier,
Ambato (La Cébila) Sierra de Famatina (Ne-
gro Peinado). En Facies Anfibolitas (esquis-
tos bandeados) en las Cumbres Calchaquíes
y sierras de Ancasti y Quilmes.
INTERPRETACIÓN DE LOS ANÁLISIS
QUÍMICOS Y CLASIFICACIONES
Los análisis químicos de las rocas fueron
interpretados sobre la base de diagramas dis-
criminantes publicados, que utilizan tanto a
los elementos mayores y menores, como así
también, a los elementos trazas, tierras raras
y relaciones entre elementos.
Ante las dificultades planteadas para la
determinación de las rocas, utilizando méto-
dos petrográficos microscópicos clásicos, se
las clasificó utilizando el diagrama de Petti-
john et al. (1972), que usa las relaciones en-
tre log(Na
2
O/K
2
O) versus log(SiO
2
/Al
2
O
3
),
en los que también se incluyen los valores
promedio de los tipos de rocas (ver Tabla 1).
En la mayoría de las muestras de las locali-
dades estudiadas: sierras de Famatina, San
Javier, Nogalito, del Campo, Ancasti, Cho-
romoro, Cumbres Calchaqes, quebradas
de Humahuaca, del Toro, de Purmamarca y
de La Cébila, se proyectan esencialmente en
los campos de las litarenitas, seguidas por
las grauvacas, mientras que unas pocas, de
la sierra de Famatina, lo hacen en el campo
de las arcosas (Fig. 4A). En el diagrama de
Herron (1988) que se aplica a las psamitas
y pelitas, usando los parámetros log(Fe
2
O
3
/
K
2
O) versus log(SiO
2
/Al
2
O
3
) (ver Tabla 1)
evidencia que la mayoa de las muestras
corresponden a litarenitas y waques, que
gradan a pelitas (Fig. 4B).
79
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Tabla 1. Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
80
A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
Tabla 1 (cont.). Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
81
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Tabla 1 (cont.). Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
Tabla 1 (cont.). Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
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Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Tabla 1 (cont.). Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
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A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
Tabla 1 (cont.). Datos analíticos de los componentes mayores (peso %) del basamento.
85
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
ProvenienciA
La interpretación de la proveniencia de
los materiales que constituyen a las rocas
sedimentarias, permite interpretar la evolu-
ción geológica y las áreas fuente, así como
el ambiente tectónico del desarrollo de la
cuenca de Puncoviscana. Para ello se utiliza
la información geológica, geoquímica, ade-
más de la mineralógica y petrográfica. Las
rocas reflejan la composición de las áreas de
aporte, que son poco afectadas por factores
tales como, selección del material, alteración
y metamorfismo.
Los estudios de edad de circones detríti-
cos contenidos en las diferentes secuencias
de la Formación Puncoviscana y equivalen-
tes realizadas entre otros por Miller et al.
(2010); Adams et al. (2008a, b, 2009);
Aceñolaza et al. (2011), establecen que los
mismos proceden de rocas del Paleo-Prote-
rozoico, Meso-Proterozoico y Neo-Protero-
zoico, que se correlacionan con los terrenos
aflorantes en Brasil, Paraguay y también del
borde del cratón del Río de la Plata, toman-
do como evidencia que las paleo-corrientes
indican proveniencias esencialmente desde
el E y NE, pero sin descartar proveniencias
desde el oeste como lo determina Ježek
(1990). Las fracciones de zircón más jóve-
nes indican incluso edades del cámbrico in-
ferior, que podan estar indicando que la
erosión afectó los niveles más antiguos de
la Formación Puncoviscana, que van colma-
tando la cuenca y quedan expuestos. Estos
datos radiométricos son coherentes con las
composiciones de dichos terrenos que son
típicos de corteza continental superior, que
los podemos asimilar a gneises, migmatitas
y granitos, a los que se suman aportes de
material volcánico, tanto intra- como extra-
cuencal (sierras de La Ovejería y Norte de
Córdoba).
En razón que las rocas presentan cierta
alteración de los minerales constituyentes, se
cuantificó la misma mediante el «Índice de
alteración química» (CIA = relación molar
[(Al
2
O
3
/Al
2
O
3
+CaO+Na
2
O+K
2
O) * 100] de
Nesbitt y Young (1982). En el histograma
CIA, más del 90% de las muestras dan valo-
res entre 60% y 80% con un máximo en 68%
(Fig. 5 A) (ver Tabla 1). Este índice valora
la alteración de feldespatos y vidrio volcáni-
co a minerales arcillosos, aunque está muy
condicionado por las condiciones climáticas
durante el transporte.
La alteración también es evaluada en el
diagrama triangular Al
2
O
3
CaO + Na
2
O
K
2
O (Fig. 5 B) de Nesbitt y Young (1984,
1989), que integra al índice CIA. Las rocas
de la Formación Puncoviscana se alinean se-
n una tendencia que se desvía de la corres-
pondiente a la alteración de las rocas ácidas
de la corteza, que causa el incremento de
potasio durante la diagénesis, transformando
a los minerales aluminosos, en illita. Diferen-
tes desviaciones de las tendencias ideales,
que son paralelas al lado (Al
2
O
3
CaO +
Na
2
O), estaría indicando mezcla de diferen-
tes fuentes, afectadas diferencialmente por
la alteracn y la movilización de álcalis.
Este diagrama tambn apoya la hitesis
que los sedimentos provienen de rocas que
se corresponden con la con las composicio-
nes de la corteza continental superior, lo que
permite interpretar que los sedimentos de
la Formación Puncoviscana han tenido un
transporte sedimentario relativamente bre-
ve sin procesos mayores de reciclaje, que no
permitió la maduración del material, ni la
alteración avanzada, que es coherente con
las condiciones de una cuenca de antepaís.
Los clastos de feldespatos frescos, o con dé-
bil alteracn, avalan esta interpretación.
Esta aparente contradicción con los datos
de proveniencia que dan las edades de los
circones detríticos, indica que los materiales
lábiles correspondientes a fuentes s dis-
tantes son degradados granulométricamente
con el transporte y sólo los materiales pro-
venientes de áreas relativamente próximas
son los que sobreviven para formar las rocas
estudiadas.
Por las características sedimentológicas
y petrográficas de las rocas de la Forma-
ción Puncoviscana, se considera que fueron
transportadas principalmente por corrientes
de turbidez, con rápido soterramiento y sólo
localmente fueron re-trabajadas. Estas carac-
terísticas corresponden a una cuenca poco
profunda, como lo evidencias las trazas fósi-
86
A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
Figura 5. A: Índice de Alteracn Química (CIA) vs. Frecuencia (Nesbitt y Young, 1984). Las
rocas estudiadas se proyectan con valores entre el 60 y 80 y un máximo de 68. B: En el
diagrama triangular (Na
2
O + CaO) Al
2
O
3
K
2
O (expresado en proporciones moleculares) de
Nesbitt y Young (1989), las muestras proyectadas muestran la tendencia evolutiva de alter-
ación hacia la illita, desde las composiciones de grauvaca promedio (2) y corteza superior (3)
(Rudnick y Gao 2003), lo que sería típico para la Formación Puncoviscana. Símbolos: estrellas:
gabro promedio y granito promedio; números: 1: Arcosa promedio. 2: Grauvaca promedio. 3:
Corteza Continental Superior. Símbolos de las muestras como en Figura 4A.
87
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
Figura 6. Diagramas de discriminacn para arenicas de Bhatia, (1983): A, B y C, Relacio-
nes Al
2
O
3
/SiO
2
versus Fe
2
O
3
+ MgO %. Para evitar superposiciones, se muestra el mismo
diagrama en tres partes. D, E y F: Relaciones TiO
2
% - Fe
2
O
3
+ MgO %. Las muestras de
las sierras de Guasayán, Ancasti, del Campo, Cumbres Calchaquíes, Quilmes y San Javier,se
proyectan en los campos de Arco Oceánico, Arco Continental y Margen Continental Activo”,
mientras que las provenientes de la quebrada de La Cébila y Sierra de Famatina lo hacen en
el campo de Arco Oceánico”. Símbolos como en Figura 4A.
88
A. J. Toselli et al.: Áreas de proveniencia de meta-sedimentos de la Fm. Puncoviscana
les y las estructuras sedimentarias encontra-
das (López de Azarevich et al., 2012). Una
caractestica particular de las rocas, es la
homogeneidad mineragica y textural en
toda su extensión, que es típica de cuencas
pericratónicas de carácter extensivo.
eleMenTos MAyores
Bhatia (1983) utiliza diagramas orto-
gonales para interpretar la composición de
las rocas sedimentarias que resultan de la
mezcla de diferentes mineralogías, como
resultado de la dinámica de los procesos se-
dimentarios. Los diagramas de la Fig. 6, que
se agrupan en tres figuras por razones de
claridad. La primera correspondiente a las
sierras de Ancasti, del Campo y Guasayán;
la segunda a las localidades de la quebrada
de Humahuaca, Cumbres Calchaquíes y sie-
rra de San Javier; y la tercera a la sierra de
Famatina y quebrada La Cébila (Fig. 2). En
general muestran que con el aumento de la
madurez mineralógica, evidenciado por el
enriquecimiento en cuarzo, se produce la
disminución de fragmentos líticos, feldespa-
tos y micas (illita, clorita, biotita).
Cuando se proyectan las relaciones Fe
2
O
3
+ MgO versus Al
2
O
3
/SiO
2
, (Fig. 6 A, B) la
correlación es positiva, indicando el mayor
contenido de minerales biles con la ma-
yor relacn Al
2
O
3
/SiO
2
(Bhatia, 1985) y
permite clasificar a las rocas de las sierras
de Guasayán, Ancasti, del Campo, Cumbres
Calchaqes, Quilmes y San Javier, en los
campos de «Arco Oceánico» a «Arco Con-
tinental» y «Margen Continental Activo»,
mientras que las rocas de la quebrada de La
Cébila y Sierra de Famatina los hacen en el
campo de «Arco Oceánico» (Bhatia, 1983),
que los tomó de las turbiditas de Australia.
Asimismo, en el diagrama TiO
2
versus Fe
2
O
3
+ MgO, muestran que las rocas de las sierras
de Guasayán, San Javier, Nogalito, Choromo-
ro, La Cébila y Famatina, se proyectan en los
campos que corresponden a: Arco Oceánico
y Arco Continental y Margen Continental Ac-
tivo; mientras que las muestras que provie-
nen de las sierras de Cumbres Calchaquíes,
Quilmes, Quebrada del Toro y de Humahua-
ca y Famatina, se proyectan esencialmente
en los campos de Arco Continental y Margen
Continental Activo, quedando claramente
excluida la pertenencia de las rocas estudia-
Figura 7. Diagrama de discriminacn log (K
2
O/Na
2
O) versus SiO
2
(Roser y Korsch 1986),
para suites de areniscas y lutitas. Las rocas se proyectan entre los campos de Arco de Islas
Oceánicas y Margen Continental Activo”. Símbolos como en Figura 4A.
89
Acta geológica lilloana 29 (2): 67105, 7 de diciembre de 2017
das a un Margen Pasivo (Bhatia, 1985, Fig.
6 C, D, E).
Con relación al ambiente tectónico de de-
posición, en el diagrama de Roser y Korsch
(1986), que utiliza las relaciones logarítmi-
cas de K
2
O/Na
2
O versus el % de SiO
2
(Fig.
7), los datos analíticos se proyectan domi-
nantemente alrededor de la línea que marca
el límite entre los campos de arco de islas
oceánicas a margen continental activo, con
predominancia de éste último.
Para establecer las litologías de las áreas
de proveniencia de los sedimentos se utili-
el diagrama ortogonal de Roser y Kors-
ch (1988) combinando la «funcn discri-
minante 3 = (30,638 TiO
2
/Al
2
O
3
12,541
Fe
2
O
3
(total)/Al
2
O
3
+ 7,329 MgO/Al
2
O
3
+
12,031 Na
2
O/Al
2
O
3
+ 35,402 K
2
O/Al
2
O
3
6,382), versus el discriminante 4 = (56,500
TiO
2
/Al
2
O
3
10,879 Fe
2
O
3
(total)/Al
2
O
3
+
30,875 Mg/Al
2
O
3
5,404 Na
2
O/Al
2
O
3
+
11,112 K
2
O/Al
2
O
3
3,89)». Estos permi-
ten establecer que las psamitas y pelitas
provendrían, en su mayoría, de sedimentos
cuarzosos, con una contribución menor de
rocas ígneas intermedias y félsicas, en que
las muestras de las localidades de las sie-
rras de Ancasti, del Campo, Guasayán, Quil-
mes, Cumbres Calchaquíes y San Javier, se
proyectan en los campos de Arco de Islas
Continentales, Margen Continental Activo y
en menor cantidad en Margen Pasivo; mien-
tras que las muestras de las localidades de
la Quebrada de La bila y de la Sierra de
Famatina lo hacen esencialmente en Arco de
Islas Continentales y Margen Continental Ac-
tivo (Fig. 8 A y B).
Estos resultados son parcialmente con-
cordantes con los pametros propuestos
por Bhatia (1983) mediante la «función dis-
criminante 1= (-0,0447 SiO
2
0,972 TiO
2
+ 0,008 Al
2
O
3
0,267 Fe
2
O
3
+ 0,208 FeO
– 3,082 MnO + 0,140 MgO + 0,195 CaO +
0,719 Na
2
O 0,032 K
2
O + 7,510 P
2
O
5
+
0,303) versus el discriminante 2 = (-0,421
SiO
2
+ 1,988 TiO
2
0,526 Al
2
O
3
- 0,551
Fe
2
O
3
1,610 FeO + 2,720 MnO +0,881
MgO – 0,907 CaO – 0,177 Na
2
O – 1,840 K
2
O
+ 7,244 P
2
O
5
+ 43,57)». Estos permiten in-
terpretar que las muestras de las localidades
de las sierras de Ancasti, del Campo, Gua-
sayán, Quilmes, Cumbres Calchaquíes y San
Javier, se proyectan en los campos de Arco
de Islas Continentales, Margen Continental
Activo y en menor cantidad en Margen Pa-
sivo; mientras que las muestras de las loca-
lidades de La Quebrada de La Cébila y de la
Sierra de Famatina lo hacen esencialmente
Figura 8. Diagramas discriminantes que per-
miten establecer la proveniencia de areniscas
y lutitas, utilizando las relaciones de elemen-
tos mayores 3 y 4 de Roser y Korsch (1988).
A: En las localidades de las sierras de Ancas-
ti, Campo, Guasayán, Famatina y la quebrada
de La Cébila, las rocas se proyectan en el
campo de sedimentos cuarzosos. B: En las
localidades de las sierras de Quilmes, Cum-
bres Calchaquíes, San Javier y Quebrada de
Humahuaca, las proveniencias se distribuyen
entre sedimentos cuarzosos y rocas ígneas
félsicas e intermedias. (Ver en el texto las ex-
plicaciones para las funciones discriminantes.)
Símbolos como en Figura 4A.