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Acta zoológica lilloana 61 (1): 74–80, Junio 2017
con mayor frecuencia en primavera-verano.
Las arañas se capturan durante todo el año,
y los escorpiones venenosos (Tityus trivitta-
tus Kraepelin, 1898) (Avigliano, 2011) en
noviembre y diciembre. Los crustáceos solo
están representados por isópodos terrestres
y se capturan a lo largo de todo el año.
El consumo de un importante número de
vertebrados como anfibios, reptiles, pichones
de aves y mamíferos, sin duda está relacio-
nado a su tamaño, tal como fue indicado
previamente por Salvador (2014), siendo
dentro de la familia Furnariidae, el Furnarii-
nae más grande de la Argentina. Los anfibios
y reptiles no fueron reportados previamente
como parte de la dieta de esta especie. En
el presente estudio se observó a adultos del
cacholote castaño consumiendo ranas [Lep-
todactylus sp. Fitzinger, 1826 y Hypsiboas
pulchellus (Duméril & Bibron, 1841)] entre
los meses de noviembre a mediados de abril.
En cuanto al consumo de reptiles (ver Tabla
1), las especies consumidas son frecuentes
habitantes en la Costanera y en los parques
de la ciudad. Si bien el consumo de repti-
les no fue previamente reportado para el
cacholote castaño, el consumo de lagartijas
(Leiosaurus belli Duméril & Bibron 1837)
fue reportado para otra especie del género,
conocida vulgarmente como cacholote par-
do [Pseudoseisura gutturalis (d’Orbigny &
Lafresnaye, 1838)] (Perez et al., 2009). En
varias ocasiones se observó a esta especie
llevar en el pico o comer pequeños pichones
de aves aunque solo se pudo identificar a
pichones de dos especies: Benteveo común
[Pitangus sulphuratus (Linnaeus, 1766)]
y Gorrión [Passer domesticus (Linnaeus,
1758)], al observarse el momento en que
eran capturados del nido. En cuanto al con-
sumo de huevos durante el presente estudio
solo se observó la depredación de huevos de
palomas, sobre todo de la Torcaza común
[Zenaida auriculata (Des Murs, 1847)] y de
la Paloma manchada (Patagioenas maculosa
Temmink, 1813). La depredación de huevos
y pichones de aves por parte del cacholote
castaño ya ha sido reportada con anterio-
ridad por otros investigadores (Rodríguez,
1918; Nores y Nores, 1994; Mezquida y
Marone, 2001; Salvador y Bodrati, 2013);
La captura de roedores (Cricetidae: Akodon
sp. Meyen, 1833 y Calomys sp. Waterhouse,
1837) se constató entre abril y junio.
En cuanto a la dieta de origen vegetal
del cacholote castaño, los frutos fueron más
consumidos que las semillas. El inventario
de frutos que forman parte de la dieta del
cacholote castaño fueron: los de mora (Mo-
rus nigra y M. alba) su consumo se dio entre
octubre y diciembre, de tala (Celtis ehrenber-
giana) entre diciembre y febrero, de pasiona-
ria (Passiflora caerulea L.) entre noviembre
y marzo y de molle (Schinus molle L.) entre
noviembre y marzo. La únicas menciones
previas sobre el consumo de frutos por el ca-
cholote castaño fueron realizadas por Kratter
et al. (1993) quienes hallaron frutos no iden-
tificados en estómagos de individuos captu-
rados en Bolivia, y por Vergara Tabares et al.
(2016) quienes observaron el consumo de
frutos de tala y grateus [Pyracantha angus-
tifolia (Franch.)] en las sierras de Córdoba.
En cuanto a las semillas, las mismas fueron
consumidas, principalmente, en otoño-in-
vierno. Estudios previos llevados a cabo por
Marelli (1919) y Aravena (1928) reportaron
la presencia de semillas, sin poder identificar
a que especies pertenecían las mismas, en
estómagos del cacholote castaño.
En conclusión, el cacholote castaño es
de gran utilidad y cumple un importante rol
biológico en la ciudad, dado el importante
consumo que realiza sobre invertebrados y
vertebrados plagas perjudiciales para el hom-
bre, plantas, árboles ornamentales y césped.
Si bien no se realizó un estudio sistemáti-
co y cuantitativo sobre la dieta del cacholote
castaño, a través del presente estudio se in-
corporan nuevas especies que forman parte
de su alimentación con lo cual podremos
comprender mejor su ecología.
AGRADECIMIENTOS
A Paola Turienzo y a Nahuel Salvador
(Infoplagas INTA) por su ayuda en la iden-
tificación de insectos. A los editores y a dos
revisores anónimos que con sus sugerencias y
correcciones mejoraron el presente artículo.