J. A. González et al.: La quínoa como alternativa forrajera en el Noroeste Argentino
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González, Juan A.
1*
; Guillermo O. Martín (h)
2
; Marcela A. Bruno
1
;
Fernando E. Prado
3
1
Instituto de Ecología, Fundación Miguel Lillo. Miguel Lillo 251, (4000) Tucumán, Argentina
2
Cátedra de Forrajes de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán.
3
Facultad de Ciencias Naturales e IML – Cátedra de Fisiología Vegetal. Miguel Lillo 205, (4000) Tucumán,
Argentina. CONICET.
* Autor corresponsal: jagonzalez@lillo.org.ar
Recibido: 04/04/16 – Aceptado: 12/07/16
La “quínoa” (Chenopodium quinoa) como alternativa
forrajera en la zona de los Valles Calchaquíes
(Noroeste Argentino)
Resumen — González, Juan A., Guillermo O. Martín (h), Marcela A. Bruno, Fernando
E. Prado. 2016. “El cultivo de ‘quínoa’ (Chenopodium quinoa) como complemento forrajero en
la zona de los Valles Calchaquíes (Noroeste Argentino)”. Lilloa 53 (1). Quínoa es una espe-
cie multipropósito que puede ser utilizada como granos para alimentación humana o bien para
la producción de forrajes, destinados a complementar la alimentación de animales (vacas,
cabras, ovejas, llamas, entre otros) en zonas donde las pasturas naturales son escasas.
Tradicionalmente la siembra se realiza a chorrillo con lo que se obtiene una alta densidad de
plantas en el surco, que posteriormente es necesario ralear para evitar la competencia entre
ellas. El raleo lleva implícita la eliminación de las plántulas. El objetivo de este estudio es jus-
tamente la evaluación de las plantas eliminadas para ser utilizadas como forraje. Este trabajo
aporta datos de producción de materia seca aérea (hojas y tallos) en 9 variedades de quínoa
cultivadas en Amaicha del Valle (1.995 m snm, Tucumán, Argentina) y un genotipo (landrace)
a los 110 días de siembra. El análisis de la producción de materia seca aérea varió entre
7,7 /ha (var. Sajama) y 2,7 /ha (var. Samaranti). El análisis químico foliar mostró un con-
tenido elevado de K en todas las variedades con porcentajes que oscilaron entre 8,54 %
(Kancolla) y 9,93 % (Samaranti). Los restantes minerales exhibieron valores menores, que
en general, oscilaron entre 3,9-5,4 % para N
;
0,20-0,34 % para P; 2,50-3,04 % para
Ca y 0,87-1,57 % para Mg, entre otros. El contenido de materia orgánica osciló entre
37,7 (var. Sajama) y 42 % (var. Kancolla). El contenido promedio de proteína foliar y de tallos
fue del 15,7 y 9,9 % respectivamente. El contenido de fibras totales fue mayor en tallos que
en hojas mientras que en el caso de cenizas fue a la inversa. En base a la producción de
materia seca aérea y contenido de proteínas, fibras y minerales, se concluye que quínoa
puede ser un complemento forrajero para los animales que forman parte de la producción
pecuaria de los Valles Calchaquíes.
Palabras clave: Biomasa; forrajes; minerales, proteínas.
AbstractGonzález, Juan A., Guillermo O. Martín (h), Marcela A. Bruno, Fernando E.
Prado. 2016. “Quínoa (Chenopodium quinoa) crop as fodder supplement in Valles Calchaquíes
(Argentinean Northwest)”. Lilloa 53 (1). Quínoa is multipurpose specie that may be utilized as
grain for human nutrition or fodder production destined to animal (cows, goats, sheep, lla-
mas, among others) in some places where natural pastures are scarce. Traditionally quinoa
is sown by hand and a high plant density was obtained. In order to avoid plants competition
it is necessary to clear eliminating a lot of plants. The objective of this study is the evaluation
of the eliminated plants for fodder. This paper contributes with data of aerial dry matter
(leaves and stems) in 9 quínoa varieties and 1 genotype (landrace) cultivated in Amaicha del
Valle (1,995 m asl, Tucumán, Argentina) of 110 days old. Shoot dry matter production
oscillated between 7.7 Tn/ha (var. Sajama) to 2.7 Tn/ha (var. Samaranti). Leaf chemical
analysis showed and elevated concentration of potassium (K) in all varieties with an oscillation
of 8.54 % (Kancolla) to 9.93 % (Samaranti). Other minerals exhibited a low concentration
and in general were 3.9 – 5.4 % for N; 0.20-0.34 for P; 2.5 -3.04 for Ca and 0.87-
Lilloa 53 (1): 74–81, 2016
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1.57 for Mg. Organic matter content showed a variation between of 37.7 % (var. Sajama)
and 42 % (var. Kancolla). Leaves and stem protein mean content were 15.7 % and 9.9 %
respectively. Total fibers content was higher in stem in relation to leaves but the ash content
was the opposite. To take into account dry matter production and protein, fibers and minerals
content quínoa may be a good complement fodders for animals that take part in livestock
production in Valles Calchaquíes.
Keywords: Biomass; fodder; minerals; protein content.
INTRODUCCIÓN
El grano de «quínoa» posee una serie de
compuestos nutricionales (proteínas, ami-
noácidos esenciales, vitaminas, minerales
entre otros) que ha llevado a revalorarla
como un alimento completo para la dieta
humana (Prado et al. 2014; Martínez, 2014;
González y Prado, 2013; González et al.
2011; Vega – Gálvez et al., 2010). Sin em-
bargo, otra de las potencialidades de esta
especie es su utilización como forraje para la
alimentación animal (Blanco Callisaya,
2014) debido entre otras propiedades a la
cantidad de proteínas y fibras que poseen sus
tallos y hojas. Se conoce que las hojas frescas
y la broza de la cosecha son apetecibles por
los ovinos, bovinos, camélidos, caprinos y
peces (Francis et al., 2002) e incluso las ho-
jas de quínoa pueden ser ensiladas (Montoya
Restrepo et al., 2005) lo que facilita su uso
posterior. En muchas zonas de media y alta
montaña del Noroeste Argentino (Región
NOA), el cultivo de la quínoa ha comenzado
a expandirse pero siempre bajo la perspecti-
va de obtención del grano para consumo y
venta. Es así que después de la obtención de
las panojas con los granos, los restos de ho-
jas, ramas y tallos, se eliminan sin ningún
uso posterior. Por otro lado, en la mayoría de
los casos, la siembra de quínoa se realiza a
chorillo para luego proceder al raleo dejan-
do 3 a 5 plántulas cada 15 a 20 centímetros
(distancia entre plantas) y el resto se elimi-
na. Teniendo en cuenta que las plantas jóve-
nes pueden utilizarse ya sea como verdura
por su elevado valor nutricional (Comunica-
ción personal Dr. S. Eisa, 2016) o eventual-
mente como alimento para animales, el ob-
jetivo de este estudio es la evaluación de la
potencialidad forrajera de las hojas y tallos
jóvenes de quínoa para la zona de los Valles
Calchaquíes (Catamarca, Tucumán, Salta y
Jujuy), teniendo en cuenta diversas varieda-
des, análisis químicos y la oferta y necesi-
dad actual de forrajes en ese lugar. En la
zona mencionada, los forrajes autóctonos
son escasos, producto de la degradación de
los bosques y de las pasturas asociadas, y las
pocas forrajeras disponibles provienen de es-
pecies introducidas para ese fin. La vegeta-
ción está constituida por restos de un bosque
de «algarrobo» (Prosopis sp.), herbáceas (en
su mayoría compuestas) y algunas gramí-
neas nativas (Festuca hieronymi, Stipa ichu)
asociadas a los algarrobales. La ganadería
está constituida mayormente por caprinos y
en menor escala por vacunos y equinos. En
los últimos años se han incorporado las lla-
mas, básicamente para carne y lana. Los fo-
rrajes son escasos debido a la degradación
del bosque de «algarrobo» y en consecuencia
las gramíneas asociadas a esa formación. El
ganado se alimenta de «algarrobos», gramí-
neas y restos de maíz, sorgo y alfalfa. Justa-
mente este trabajo da cuenta de la posibili-
dad de utilizar las plantas de quínoa que se
eliminan, producto del raleo ya mencionado,
como un forraje alternativo destinado a ca-
bras, ovejas, camélidos y eventualmente
grandes mamíferos como vacas y/o caba-
llos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este trabajo se realizó en el Campo De-
mostrativo Encalilla localizado en Amaicha
del Valle (1.995 m snm), provincia de Tucu-
mán. El clima de esta zona ha sido descrito
como BWkwb lo que significa que el lugar
posee un clima de desierto (BW) donde su
temperatura media anual es menor a 18°C y
el valor térmico del mes más caluroso es su-
perior a los 18°C (k). En el mes más lluvioso
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del verano (enero) las lluvias son de 10 o
más veces superiores a las que ocurren en el
mes más seco que es agosto (w). La tempe-
ratura media del mes más cálido es menor a
22°C (b). La precipitación anual histórica es
del orden de los 160,1 mm mientras que la
evapotranspiración es de 751 mm con lo que
el balance resulta negativo. Las temperatu-
ras de invierno son congelantes (por debajo
de 0 ºC) mientras que en septiembre – octu-
bre, época de siembra de la quínoa, las tem-
peraturas ambientes oscilan entre 14,1 ºC y
17,5 ºC (Torres Bruchmann, 1981). En este
trabajo se utilizaron 9 variedades de quínoa
con distinto origen parenteral (Amilda, Kan-
colla, Chucapaca, CICA, Kamiri, NL–6, Sa-
jama, Samaranti y Sayaña) y un genotipo
(landrace) denominado Quínoa Roja prove-
niente de Cangrejillos (provincia de Jujuy,
3.700 m snm) sembradas en parcelas de 15
x 10 m, distancia intersurco de 0,50 m e in-
terplanta de 0,20 m, en un diseño de bloques
al azar con tres replicas. Los bloques fueron
regados por medio de un sistema de riego
por goteo, no se aplicó fertilizantes y no
hubo necesidad de aplicación de compuestos
químicos para plagas y/o enfermedades. El
suelo de la zona es de tipo arenoso-arcilloso
con un contenido de materia orgánica de 0,6
%, pH 8,8 y conductividad eléctrica de 2,0
dS m
»1
, (González et al., 2011). A los 110
días de siembra se realizó una cosecha de
las plantas completas y se separó la parte
aérea (tallos, hojas e inflorescencias inma-
duras) de la subterránea. Este raleo se hizo
en el momento en que las inflorescencias es-
taban inmaduras. Las muestras mencionadas
(15 plantas por cada variedad tomadas en
los surcos centrales para evitar efectos de
borde) se tomaron a los 110 días pues es el
momento en que se hace el primer raleo.
Luego se calculó el peso seco (PS) de cada
parte secándose en estufa a 65 ºC hasta peso
constante. Los valores resultantes se extra-
polaron a toneladas de materia seca por
hectárea (Tn/h). Se realizaron análisis quí-
micos foliares para determinar su contenido
en proteínas, fibra en detergente ácido (FAD)
y fibra insoluble en detergente neutro (FND),
cenizas, nitrógeno, carbono, Na, K, Ca, Mg
y P. Los análisis químicos se realizaron en la
Cátedra de Forrajes de la Facultad de Agro-
nomía y Zootecnia de la Universidad Nacio-
nal de Tucumán, mediante la metodología
del Análisis Proximal según las normas de la
A.O.A.C. (1970). Los resultados obtenidos se
comparan con datos bibliográficos para la
misma especie y con valores nutricionales de
especies ya establecidas en el área de trabajo
para ponderar la importancia de diferentes
variedades de quínoa en ese espacio geográ-
fico.
RESULTADOS
A) DISTRIBUCIÓN Y RENDIMIENTO
DE MATERIA SECA
La materia seca de la porción aérea lo-
grada por las distintas variedades al cabo de
110 días después de la siembra, mostró un
rendimiento calculado entre 8,91 Tn/ha
(Quínoa roja) y 2,86 Tn /ha (Samaranti)
(Tabla 1).
Resalta el hecho que cada variedad pro-
duce diferente biomasa en los órganos co-
rrespondientes. Esta diferencia no parece es-
tar ligada a la procedencia de las varieda-
des ya que por ejemplo aquellas originarias
del Altiplano Boliviano (ver Tabla 1) produ-
cen una biomasa aérea entre 2,86 y 8,91
Tn/ha. Por otro lado, entre la var. Sajama
(Boliviana) y Quínoa Roja (de Cangrejillos,
Argentina, 3.700 m snm) prácticamente pro-
ducen lo mismo. Resulta importante destacar
que CICA, que es la variedad que más se está
cultivando en el Noroeste de Argentina, pro-
duce una biomasa aérea de 4,79 Tn/ha. Es-
tos valores de biomasa en materia seca son
significativos teniendo en cuenta que la Al-
falfa produce entre 14 y 17,5 Tn/ha si se rea-
lizan 7 cortes al año y que cultivos como el
Maíz o el Sorgo forrajero ofrecen alrededor
de 12 a 14 Tn/ha por campaña. Mucho me-
nos variable es la porción subterránea. En
efecto, la variedad que menos produce bio-
masa subterránea es Kamiri con 0,49 Tn/ha
mientras que la de mayor producción es Sa-
jama con 1,84 Tn/ha.
Lilloa 53 (1): 74–81, 2016
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B) PROTEÍNAS Y FIBRAS
En general, el contenido de proteínas es
mayor en las hojas que en los tallos en las
10 variedades analizadas (Tabla 2). El con-
tenido promedio de proteínas en hojas es de
15,7 % mientras que en los tallos es 9,9 %.
El contenido mínimo se registró en la lan-
drace Quínoa Roja (12,7 %) y el máximo en
la var. Chucapaka (21,7 %). Por otro lado,
el contenido mínimo de proteínas en tallo
se lo detectó en la var. Sayaña (7,4 %) y el
máximo en la var. Chucapaka (13,3 %).
Comparando estos valores con los posibles
de obtener en forrajes como Alfalfa (18 a 22
% en hoja) y Maíz (9 a 11 % en planta),
concluimos que quínoa puede perfectamente
suplir, o bien complementar a estas especies
dentro de la dieta animal. El contenido de
FDA en hojas osciló entre 9 % (Kancolla) y
21,2 % (Sayaña) y la FDN entre 21,7 %
(Chucapaka) y 63,1 % (Kamiri). Por otro
lado, se registró un valor mínimo de 26,6 %
(Amilda) en FDA en tallos y uno máximo de
45,1 % (Kancolla); mientras que la FDN va-
rió entre 47,1 % (NL-6) y 71,4 % en Sayaña.
El mayor contenido de cenizas también se
encontró en hojas. Tanto los contenidos de
proteínas como los de fibra en general y ce-
nizas no muestran una relación con el ori-
gen de las variedades analizadas.
C) ANÁLISIS QUÍMICO FOLIAR
Los valores de nitrógeno foliar promedio
fueron de 4,3 %. El valor más alto fue medi-
do en la variedad Kancolla con 5,4 % y el
más bajo en las variedades Samaranti y Saja-
ma con 3,9 %. Estos valores resultan eleva-
dos si se tiene en cuenta que en general las
plantas exhiben valores entre el 1 y el 5 %
(Lambers et al. 1998). Como ya se conoce
desde hace tiempo, los valores de nitrógeno
foliar están fuertemente correlacionados con
la cantidad de proteínas que el órgano con-
siderado posee (Lambers et al. 1998). De
manera que la concentración de nitrógeno
foliar es un indicador de la cantidad de pro-
teínas que las hojas poseen. Un elemento que
también se encuentra en valores elevados es
el potasio (K) cuya concentración osciló en-
tre 8,54 % en las variedades Ratuqui y Kan-
Tabla 1. Materia seca (Tn/ha) lograda por distintas variedades de
quínoa a los 110 días después de la siembra. El valor se halla expre-
sado como la media más la desviación estándar (entre paréntesis) de
15 plantas distintas y en el mismo estado fenológico.
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colla y 9,86 % en la var. Sajama (Tabla 3).
Por otra parte, el calcio (Ca) es menos varia-
ble y se lo encuentra con valores promedios
de 2,7 % donde las variedades CICA, Ratu-
qui, Samaranti y Amilda muestran los valo-
res mínimos encontrados (2,5 %) y Chuca-
paka exhibe el valor máximo detectado (3
%). Valores muy cercanos para el Ca (3,34
%) fueron informados por Ramos y Cruz
(2002). Los valores de fósforo oscilaron en-
tre 0,2 y 0,3 %. Este último valor es coinci-
dente con la evaluación de quínoa para fo-
rrajes reportados por Ramos y Cruz (2002).
Entretanto, los porcentajes de magnesio osci-
laron entre 0,9 % y 1,6 %. Por otro lado, la
relación C/N fue de 9,2 en promedio.
DISCUSIÓN
A partir del rendimiento de materia seca
(Ton/ha), quínoa tiene potencial como su-
plemento forrajero en el Noroeste Argentino
y más aún si se consideran los contenidos de
proteínas tanto en hojas como en tallos. Los
datos indican que el landrace y las varieda-
des promisorias para ser utilizadas como
forrajes serían «Quínoa Roja», «Sajama»,
Kancolla» y «Sayaña», cuya producción de
materia seca estuvo por arriba de las 8 Tn/
ha. Se debe considerar que la quínoa recién
está siendo incorporada como especie culti-
vable en Argentina en los últimos 5 o 10
años y todavía no se la dimensiona en su
verdadero valor como especie multipropósi-
to. Sin embargo, la experiencia en otros paí-
ses demuestra que la planta puede ser utili-
zada como forraje para rumiantes, en luga-
res como los salares donde otros especies
palatables no pueden crecer. Así, Capelo
(1980) menciona que la planta de quínoa
destinada a forrajes, con 135 días de edad,
contiene un 55 % de hoja y panoja y un 45%
de tallo, con 66,6 % de humedad y con un
rendimiento 10,2 Tn/ha de materia seca. Por
otro lado, Montoya y Roa (1985), informan
rendimientos de 2.322 a 4.242 kg/ ha de
materia seca con un contenido promedio de
proteína de 15,42% de material proveniente
de Perú y Bolivia pero cultivado en Colom-
bia. Otras evaluaciones, realizadas en Méxi-
co, en 18 variedades de quínoa (precoces,
intermedias y tardías), cortadas al final de
la floración, mostraron un rendimiento en
materia seca entre 7.73 y 11.4 Tn/ha con
valores de proteína entre 17,81 y 18,98 %
(Bañuelos Taváres et al., 1995). Por otro
lado, existen datos que demuestran la impor-
tancia de considerar la fecha de corte para
lograr los mejores rendimientos en materia
seca y proteínas. Así por ejemplo, von Rütte
(1988), evaluó la materia verde y el conteni-
do de proteínas producidos en el período
Tabla 2. Contenido de proteínas fibras y cenizas en diferentes
variedades de quínoa.
Lilloa 53 (1): 74–81, 2016
79
comprendido entre la semana 9 a la 17. Sus
resultados demostraron que la materia verde
se incrementaba desde 18 a 74 Tn/ha con
12,6 a 18,6% de materia seca, mientras el
contenido de proteínas osciló desde el 26 al
17% (de la semana 9 a la 16), con picos de
29,5 % en la semana 10 y 28,5 % en la se-
mana 14. También en muchos lugares de
Bolivia y Perú, se utilizan los residuos de la
quínoa, que quedan después de la cosecha
del grano, para alimentación animal. Es así
que en las orillas del Lago Titicaca, tanto
del lado boliviano como peruano se utilizan
los residuos de la trilla del grano, que posee
un 10,7 % de proteínas, para el engorde de
bovinos (Cardozo y Tapia, 1979).
Otro subproducto de la quínoa que se usa
para alimentación animal es el denominado
afrecho, que es la cáscara que resulta al pro-
cesar el grano. Sería importante considerar
este elemento en el futuro pues los anteceden-
tes demuestran que pueden llegar a valores de
proteínas entre el 11y el 15 % (Aduviri, 2007).
A menudo se menciona que las saponinas
pueden ser un factor que atente contra las
propiedades nutricionales. Sin embargo, se
debe mencionar que la mayor cantidad de
estos compuestos se encuentran en los gra-
nos por lo que su valor queda relativizado.
Por otro lado, investigaciones realizadas en
rumiantes alimentados con forrajes de quí-
noa, demostraron que las saponinas presen-
tes son este caso beneficiosas, ya que ejercen
un control de los parásitos internos (Bañuelo
Taváres et al., 1995).
Resulta importante tener en cuenta que la
oferta de forrajes en la zona de los Valles
Calchaquíes (Catamarca, Tucumán y Salta)
es escasa por los factores ya mencionados,
entre otros por el carácter marginal que tie-
nen los suelos y sobre todo la salinización
de los mismos, de manera que considerar
alternativas forrajeras es y será una necesi-
dad para mantener la ganadería de la zona.
En ese sentido, si bien este estudio aporta
datos sobre la posibilidad de usar las plantas
descartadas por el raleamiento del cultivo, se
debe considerar los restos de plantas que
quedan después de la cosecha. En efecto, to-
das las variedades de quínoa ensayadas com-
pletan su ciclo entre la segunda quincena de
mayo y la primera de junio. Justamente en
esa época es cuando se cosecha sólo las in-
florescencias con los frutos y queda el resto
del material vegetal aéreo (tallos, pocas ho-
jas y ramificaciones secundarias). Este mate-
rial vegetal que queda, es el que podría ser-
vir de suplemento pues en esta época es
cuando las pasturas naturales de la zona
comienzan a escasear. Por otro lado, tam-
bién puede ser importante considerar en fu-
turos estudios, tanto las variedades del alti-
plano boliviano como aquellas que son nati-
vas, para dilucidar cuales de estas son más
promisorias tanto en producción de materia
seca como en proteínas. Asimismo se deberá
estudiar en cuál etapa fenológica de la plan-
ta es más conveniente su cosecha.
Tabla 3. Análisis de minerales presentes en las hojas de quínoa.
J. A. González et al.: La quínoa como alternativa forrajera en el Noroeste Argentino
80
CONCLUSIONES
Los datos presentados muestran el poten-
cial de las plantas de quínoa, que son elimi-
nadas en la etapa de raleamiento, como com-
plemento forrajero para las condiciones am-
bientales de los Valles Calchaquíes (Noroeste
de Argentina). Tanto los valores de materia
seca, proteínas, fibras y cenizas indican que
las plantas podrían ser utilizadas para ali-
mentación directa, o bien en mezclas con
otras especies que se utilizan en la zona, para
alimentación de ganado. Si se tiene en cuenta
las condiciones ambientales de los Valles Cal-
chaquíes (suelos degradados, en algunos ca-
sos salinizados, erosión eólica y escasez de
agua, entre otros) donde son pocos o nulos los
aprovechamientos de especies vegetales au-
tóctonas como forrajes, quínoa brinda la posi-
bilidad no sólo de recuperar un cultivo andino
de alto valor alimenticio y de mercado sino
de generar un suplemento forrajero necesario
en ese espacio geográfico.
AGRADECIMIENTOS
A la memoria del Ing. Raúl Orell que
prestó su apoyo para el proyecto de quínoa
en el Campo Demostrativo de Encalilla
(Amaicha del Valle) y al personal que cola-
boró en el mismo en la persona del Sr. Mar-
tín Quiroga. Asimismo se agradece al perso-
nal técnico de la Cátedra de Forrajes de la
Fac. de Agronomía y Zootecnia de la Uni-
versidad Nacional de Tucumán y a la Funda-
ción Miguel Lillo por su permanente apoyo
al proyecto sobre estudios ecofisiológicos en
quínoa.
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