L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
12
Erazzú, Luis E.
1
; Juan A. González
2*
; Sebastián E. Buedo
2
;
Fernando E. Prado
3
1
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Famaillá, Tucumán (Argentina) – Facultad de Agronomía
y Zootecnia, Universidad Nacional de Tucumán.
2
Instituto de Ecología, Fundación Miguel Lillo. Miguel Lillo 251, Tucumán (Argentina).
3
Cátedra de Fisiología Vegetal, Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Tucumán. Miguel
Lillo 205, Tucumán (Argentina).
*
Autor corresponsal: jagonzalez@lillo.org.ar
Recibido: 18/03/16 – Aceptado: 01/06/16
Efectos de la densidad de siembra sobre
Chenopodium quinoa (quinoa). Incidencia sobre
variables morfológicas y rendimiento de grano en la
variedad CICA cultivada en Amaicha del Valle
(Tucumán, Argentina)
Resumen — Erazzú, Luis E.; Juan A. González; Sebastián E. Buedo; Fernando E. Pra-
do. 2016. “Efectos de la densidad de siembra en Chenopodium quinoa (quinoa). Incidencia
sobre variables morfológicas y rendimiento de grano en la variedad CICA cultivada en Amai-
cha del Valle (Tucumán – Argentina)”. Lilloa 53 (1). El cultivo de la quinoa ha comenzado a
extenderse en el Noroeste Argentino (NOA) y en especial en los Valles Calchaquíes (valles de
altura ubicados en el Noroeste de Argentina). La variedad más utilizada es CICA, originaria
del Perú, que fuera obtenida a partir de otra denominada Amarilla de Maranganí. Sin embar-
go, no se han encontrado antecedentes que expliquen la preferencia de esta variedad sobre
otras. Para contribuir al conocimiento del manejo agronómico de esta variedad se estudió el
efecto de la densidad de siembra sobre la morfología y particularmente sobre el rendimiento
en granos. Las experiencias se realizaron en una localidad de los Valles Calchaquíes (Amaicha
del Valle, Tucumán, Argentina) a 1.995 m sobre el nivel del mar. Los métodos utilizados
para la siembra fueron por golpe, realizado manualmente (“CGo”, CICA separadas) y a chorri-
llo, con maquina sembradora (“CCh”, CICA juntas). Con éstos se lograron densidades de plan-
tas diferentes: 4,2 y 27,9 plantas/metro lineal respectivamente. Tanto la altura de las plan-
tas, diámetro de tallo, área foliar específica (AFE), nitrógeno y fósforo foliar y el rendimiento
en granos (kg/ha) fue mayor en el primer tratamiento. El análisis de las clases diamétricas
de los granos obtenidos reveló que ambos tratamientos producen casi un 65% de granos
cuyo diámetro es 1,41 mm. Sin embargo, en el tratamiento “CGo” aumenta la proporción
de granos cuyos diámetros son a 1,68 mm. Este último dato es importante pues los
granos con mayor diámetro tienen mayor aceptación en los mercados. En general, el rendi-
miento en granos fue de 5.389 kg/ha y 3.049 kg/ha para los tratamientos “CGo” y “CCh”,
respectivamente. Estos valores de rendimiento en grano se hallan incrementados con respec-
to a aquellos que se obtienen en las zonas andinas y muy próximas a los que se informan
para otras condiciones ambientales, como por ejemplo en Europa.
Palabras clave: Chenopodium; densidad de siembra; rendimiento; morfología.
AbstractErazzú, Luis E.; Juan A. González; Sebastián E. Buedo; Fernando E. Pra-
do. 2016. “Effects of sowing density on Chenopodium quinoa (quinoa). Incidence on morpho-
logical aspects and grain yield in Var. CICA growing in Amaicha del Valle (Tucumán, Argenti-
na)”. Lilloa 53 (1). Quinoa crops surface is increasing in Argentinean Northwest (NOA) and
especially in Valles Calchaquíes (high valley located in the Argentinean Northwest). The most
utilized variety is CICA, originated from the other peruvian one called Amarilla de Marangani.
There is not antecedent about this preference in Argentinean Northwest. In order to contrib-
ute to quinoa agronomical management the effect of sowing density on the morphology and
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specially grain yields were studied. Experience was performed in a locality in the Valles Cal-
chaquíes (Amaicha del Valle, Tucumán, Argentina) located at 1,995 m asl. One of the utilized
methods for planting was the realization of the same by hand (“CICA separated, CGo”) and
the other one using a planting machine (“CICA together, CCh”). With both method we get a
sowing density of 4.2 and 27.9 plants/m. Plant height, stem diameter, specific leaf area
(SLA), phosporus and nitrogen leaf content and grain yields (kg/ha) were increased in “CICA
separated, CGo”. Grain diameter clases showed a high proportion (65%) of grain with a di-
ameter 1,41 mm in both treatments. But in “CICA separated, CGo” we registered and
increase in the proportion of the grain with a diameter 1.68 mm. The last data is very im-
portant because market prefers a large grain. In general, grain yield were 5,389 kg/ha and
3,049 kg/ha for “CICA separated, CGo” and “CICA together, CCh” respectively. The last
values are greater in relation to those obtained in andean high mountains and very close to
those obtained in others environment conditions like in Europe.
Keywords: Chenopodium quinoa; sowing density; yield; morphology.
INTRODUCCIÓN
La quinoa (Chenopodium quinoa Willd.)
se está expandiendo en los valles de altura
del noroeste argentino (NOA) como un culti-
vo alternativo para tierras marginales o
para aquellas áreas donde otros cultivos tra-
dicionales son más exigentes en laboreos u
otros insumos agrícolas. Para el año 2013 se
estimó que para la región del Noroeste Ar-
gentino la superficie cultivada con quinoa
había alcanzado una superficie de aproxima-
damente 151 ha (Andrade et al., 2014; Bazi-
le y Baudron, 2014). Datos recientes indican
para el NOA una superficie de 1.586,5 ha.
(Scalise, 2015) aunque en la misma publica-
ción se menciona que este dato podría con-
tener errores de estimación. Sin embargo,
para el momento actual, algunos investiga-
dores estiman una superficie de 400 ha (An-
drade et al., 2014). Si bien la quinoa era
conocida en el Noroeste Argentino (Sotelo,
1583) las primeras experiencias reportadas
como cultivo se ubican aproximadamente en
los años 1984-1985 donde se intenta multi-
plicar semillas traídas desde el Cuzco (Perú)
pero que fracasan por falta de atención de
los productores (Buitrago y Torres, 1999).
Posteriormente al ponerse en marcha la
Prueba Americana y Europea de quinoa
(1996-1998), para evaluar algunos cultiva-
res promisorios, algunas organizaciones y
productores del NOA participan de la mis-
ma, especialmente en la zona de la Quebra-
da de Huichaira (Tilcara, provincia de Jujuy,
Argentina). En esta prueba se incluyeron 25
cultivares dentro de los cuáles se había in-
cluido a la variedad CICA. Otro intento se
realizó en 1997 en el Campo Experimental
de Hornillos (Jujuy) con el fin de distribuir
semillas a los productores de la zona (Gols-
berg, et al., 2010). Aún cuando el cultivo de
quinoa aumentó en superficie a la fecha no
hay manejo adecuado de la especie, ni mu-
cho menos a un manejo agronómico del cul-
tivo. En la actualidad, a través de Instituto
de Investigación y Desarrollo Tecnológico
para la Pequeña Agricultura Familiar, Re-
gión NOA (IPAF-NOA), se desarrolla el pro-
grama ITI (Iniciativa de Transferencia de
Innovación) (UCAR, 2015) cuyo objetivo es
asistir a las comunidades de pequeños pro-
ductores de quinoa en las provincias de Cata-
marca, Salta y Jujuy, para lograr que la mis-
ma sea incorporada como un cultivo alterna-
tivo bajo un enfoque agroecológico. En este
programa se ensayan riegos en distintas eta-
pas fenológicas, siembras con diferentes dis-
tancia de surco y distancia entre plantas,
con poblaciones nativas de quinoa y otras
remanentes de la Prueba Americana y Euro-
pea de quinoa, ya mencionada, para llegar
al manejo agroecológico de esa especie y a
una selección de semillas por parte de los
pequeños productores con una metodología
participativa.
Los métodos más comunes de siembra, en
el pasado y en la actualidad, fueron la siem-
bra a mano y en los últimos años con sembra-
doras pequeñas (tipo Bisig), traccionadas a
mano, dado que se trata de maquinas muy li-
vianas. A su vez en el caso de la siembra a
L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
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mano se puede hacer en dos formas: realizan-
do un pequeño orificio sobre el surco y depo-
sitando una cantidad variable de semillas
(entre 5 y 10), las que luego se tapan con sue-
lo del lugar. También se puede hacer a chorri-
llo. En este último caso, las semillas fluyen
desde la mano del sembrador directamente
hacia el surco donde se ha demarcado una lí-
nea de poca profundidad (entre 2 - 3 cm) y
luego se tapa las semillas con tierra. Otra
práctica muy común en los andes, pero no di-
fundida en el Noroeste Argentino, es la siem-
bra al voleo. Este sistema produce dificultades
para el laboreo posterior aunque en algunos
casos se pasa una rastra en surcos, eliminado
(raleando) las plantas y dejando un surco
para el riego y laboreo (Tapia y Fries, 2007).
Los rendimientos promedios obtenidos en
cultivos realizados en Catamarca, Salta y
Jujuy oscilaron en alrededor de 1,25 Tn/ha
(Andrade et al., 2014) aunque no se indica
que variedades fueron las utilizadas ni el sis-
tema de cultivo utilizado. En otros casos se
han informado rendimientos menores a esta
cifra y otros mayores (González et al., 2010)
pero en este caso los datos provienen de ger-
moplasma proveniente de Patacamaya (Boli-
via) pero cultivados a una altitud de 2.000
m snm. En la actualidad la variedad más di-
fundida y utilizada por los productores en la
región del NOA, es la denominada CICA,
aunque no existen antecedentes agronómicos
o biológicos que justifiquen esta elección o
preferencia. Esta variedad fue obtenida en
Puno (Perú) a partir de un línea de otra de-
nominada Amarilla de Maranganí (Com.
Pers. Dr. Ángel Mujica Sánchez, 2016). Se-
gún observaciones propias, realizadas en el
sitio de cultivo (Encalilla, Tucumán) CICA es
una variedad de porte alto (entre 1,50 a
2,50 m), con ramificaciones únicas o latera-
les según la densidad y fecha de siembra,
con semillas de color amarillento, alta tasa
fotosintética (>30 µmol.m
-2
.s
-1
) y un rendi-
miento de aproximadamente 2,3 Tn/ha
(González et al., 2010). Sin embargo, CICA
posee alto contenido de saponinas (aproxi-
madamente 3% en peso) (Com. Pers. Dr. Vi-
cente Gianna, 2015) y un ciclo de vida de
aproximadamente 150-160 días, lo que im-
plica un tiempo prolongado en el uso del
suelo del lugar, lo que es observado por al-
gunos productores como un tiempo excesivo.
Se debe tener en cuenta que en el caso de
quinoa existen poblaciones y variedades que
prosperan desde el nivel del mar, caso de las
variedades chilenas o algunas peruanas, has-
ta otras que son de zonas de altura (entre
los los 2.000 y 4.000 m snm)(Tapia, 2009).
Por lo tanto, estudiar la adaptación de los
distintos genotipos existentes a las condicio-
nes del NOA así como su manejo agricultu-
ral es una necesidad para cubrir huecos de
información que aún existen para este nue-
vo cultivo. Uno de estos huecos es por ejem-
plo, la densidad de siembra y su relación
con el rendimiento en granos. Así, Tapia y
Fries (2007) para zonas de Bolivia y Perú,
señalan que las quinoas de valle (entre
3.000 y 3.500 m snm) poseen un rango de
rendimiento entre 700 y 2.800 kg/ha mien-
tras que para las quinoas de altiplano (entre
3.800 y 4.000 m snm) el mismo se ubica
entre los 600 y 2.500 kg/ha. Estos valores se
refieren a una densidad de siembra aproxi-
mada de 10 plantas/metro lineal y una dis-
tancia de surcos de entre 0,40 – 0,60 m. En
otras experiencias, realizadas en Amaicha
del Valle (Tucumán, Argentina), con la varie-
dad CICA, se informaron valores de aproxi-
madamente 2.300 kg/ha con espacios entre
plantas de 0,30 m y surcos cada 0,50 cm
(González et al., 2010). En este último caso
la densidad de plantas fue de aproximada-
mente 80.000 plantas/ha. Otros datos, pro-
venientes de cultivo de quinoa en Europa (Ja-
cobsen et al., 1994), realizados en diferentes
años, demostraron un rango de rendimiento
entre 1.730 y 2.941 kg/ha para una densidad
de plantas de 80 y 395 plantas/m
2
y surcos
a una distancia de 0,50 m. Esta densidad
equivaldría a aproximadamente 27 a 130
plantas/metro lineal.
Sin embargo, para la región del NOA to-
davía no existen experiencias agronómicas
concluyentes que indiquen la mejor densidad
de siembra en función de lugares de cultivo
(microclimas), entre otras variables para las
diferentes variedades que se han venido en-
sayando. Se conoce a partir de la fisiología
Lilloa 53 (1): 12–22, 2016
15
de los cultivos (ver Miltphore y Moorby,
1982) que el rendimiento de una especie
cualquiera, es una función que depende del
número de plantas por superficie de suelo
debido entre otras razones a la competencia
por agua, nutrientes y radiación solar (ver
Lambers, et al., 2008), entre otras variables.
Estas complejas interacciones se manifiestan
tanto en la fisiología como en la morfología
(externa e interna de la planta o en sus órga-
nos como las hojas o tallos, por ejemplo) e
inciden en definitiva en la productividad de
una especie o rendimiento de granos por ej.
en el caso de las especies cultivadas. Por lo
tanto, el objetivo de este estudio es la eva-
luación de dos métodos de siembra (manual
y mecánico con distancias diferentes entre
plantas) en una variedad de quinoa muy uti-
lizada en el NOA, que es CICA, sobre algu-
nos parámetros morfológicos externos (altu-
ra de planta, diámetro del tallo, área foliar
específica y anatomía foliar) y cómo se tra-
duce en el rendimiento de grano para las
condiciones edáficas y climáticas de Encali-
lla (Amaicha del Valle, Tucumán, Argenti-
na). De manera que el estudio que aquí se
plantea puede servir de base para la compa-
ración con otras variedades que eventual-
mente incorporen los agricultores al NOA.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se llevó a cabo en la zona de
Encalilla (Amaicha del Valle, Tucumán, Ar-
gentina) ubicada a 1.995 m snm, 22º31’S y
65º59’O. El clima de la zona, de acuerdo a
la clasificación de Köppen, es de tipo desér-
tico (BWkaw). El régimen anual de precipi-
tación promedio es 220 mm con más del
70% de ese valor (aproximadamente 150
mm) durante el período septiembre-marzo.
Las temperaturas máximas y mínimas (pro-
medios diarios) registradas durante este últi-
mo período son de 30,4 y 11,2 ºC respecti-
vamente, mientras que la HR registrada para
el mismo período fue de 44,2% y 54,2%. La
velocidad del viento osciló entre 10 y 25
km/h y la radiación fotosintéticamente acti-
va (RFA), a medio día, en condiciones de
días soleados osciló entre 1.403 y 1.993
µmol.m
-2
.s
-1
. La duración del día fue de 9,8
hs para comienzos de primavera y 11,3 hs
durante el verano. La siembra de los granos
(var. CICA) se realizó en bloques al azar con
4 repeticiones el 15 de noviembre de 2013.
Cada parcela tuvo un largo de 5 metros y la
distancia entre surcos fue de 0,50 m. Se pu-
sieron a prueba dos métodos de siembra, los
que posteriormente fueron comparados, uno
de ellos fue mediante la siembra manual
denominada por golpe («CGo», CICA separa-
das), para el segundo método llamado siem-
bra a chorrillo, se utilizó una maquina sem-
bradora tipo Bisig («CCh», CICA juntas). En
el primer caso se sembró cada 30 cm
aproximadamente un número de semillas
que osciló entre 5-10. Para la siembra a cho-
rrillo se graduó la salida de la maquina
sembradora para dejar caer un chorro de
semillas con lo que se logra una densidad de
plantas, por superficie o por metro lineal,
variable (ver Resultados). En ambos casos la
profundidad de siembra varió entre 2-3 cm.
Un día antes de la siembra se procedió al
riego del terreno para favorecer la recep-
ción de las semillas. El riego se mantuvo
aproximadamente cada semana debido a las
características climáticas de la zona. Los
suelos de la zona han sido clasificados
como arenoso arcilloso con un pH alcalino
(8,4) y una conductividad eléctrica de 2,0
dS m
-1
. Sin embargo, como se trata de una
zona con suelos que difieren tanto en su pro-
fundidad como en su distribución espacial,
se realizó un análisis puntual de fertilidad y
salinidad y a distintas profundidades (ver
Resultados). Este último análisis se realizó
en el Laboratorio de Suelos del INTA – Fa-
maillá con técnicas estandarizadas y de uso
cotidiano en la institución. Para la estima-
ción de las variables evaluadas se procedió a
la determinación de las mismas en el sentido
de las diagonales de cada parcela, evitando
las filas externas por el efecto de borde. El
número de plantas logradas por metro lineal
se determinó por conteo directo. Para este
conteo se realizaron 20 estimaciones en los
surcos centrales de las parcelas de cada tra-
tamiento. No se tomaron los surcos laterales
para evitar efectos de borde.
L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
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La altura de las plantas y diámetro del
tallo principal se midió con una cinta gra-
duada en centímetros y calibre digital, gra-
duado en mm, respectivamente. Para la de-
terminación del área foliar específica (AFE)
se siguió el procedimiento clásico que con-
siste en tomar con un sacabocado, de diáme-
tro conocido, 4 muestras de una misma lá-
mina foliar y de una misma planta. Este pro-
cedimiento se repite en 10 plantas distintas
identificando cada una por separado. Poste-
riormente en el laboratorio las muestras se
secan en estufa a 84ºC hasta peso constante.
La relación entre el peso seco de las mues-
tras y su área respectiva es el AFE expresada
como cm
2
/g de peso seco. La inversa del
AFE, denominada masa foliar específica
(MFE), expresa la cantidad de carbono que
una especie debe utilizar para lograr un cen-
tímetro cuadrado de hoja, o superficie equi-
valente. El AFE es un parámetro muy sensible
a condiciones de estrés o de tratamientos
diferentes (Lambers et al. 1998) por lo que
se lo utiliza para evaluaciones rápidas en
experiencias de campo o laboratorio. Es ade-
más una variable con una fuerte correlación
tanto con parámetros estructurales (por ej.
espesor de la hoja) (González et al., 2014)
como con aquellos funcionales como por ej.
asimilación fotosintética (González et al.,
2014) o contenido de nitrógeno foliar) (Gar-
nier et al., 1997). Para la estimación porcen-
tual de las distintas clases diamétricas de los
granos obtenidos en los dos tratamientos, se
procedió a colocar los mismos en un juego
de tamices Marca Zonytest cuyos diámetros
de mallas permitió separar los granos en
cuatro clases: 1,68 mm, 1,41 mm, 1,18
mm y 1,0 mm. El estudio incluyó un estu-
dio de contenido de nitrógeno y fósforo fo-
liar en los dos tratamientos mencionados.
También estos análisis se realizaron en el
laboratorio del INTA-Famaillá con técnicas
estandarizadas y de uso corriente en este tipo
de análisis. El análisis estadístico incluyó la
aplicación de la prueba F (Fisher) para com-
probar la homogeneidad de las varianzas.
Luego se aplicó un test «t» para conocer si
había o no diferencias significativas con p
0,05 ó p 0,01 entre los tratamientos.
RESULTADOS
a) Análisis de suelos.— En la Tabla 1 y 2
se resumen los datos de fertilidad y salinidad
para los suelos donde se desarrolló el cultivo.
Las muestras, en las profundidades analiza-
das, poseen una textura franco-arenosa. El
pH es moderadamente alcalino en la superfi-
cie y fuertemente alcalino en las profundida-
des siguientes. Los contenidos de materia
orgánica y nitrógeno total son muy bajos en
todas las profundidades. El potasio inter-
cambiable tiene niveles moderadamente bue-
nos en todas las profundidades mientras que
la disponibilidad de fósforo extractable es
muy baja en las tres profundidades. Por otra
parte, el análisis de salinidad (en base a los
datos de CE) indica que los niveles de sales
totales son moderadamente altos en la su-
perficie y bajas en las dos profundidades si-
guientes. El RAS (relación de absorción de
sodio) es moderadamente bajo en las tres
profundidades. Tanto los niveles de cloruros
como los de bicarbonatos son bajos en todo
el perfil. El suelo se caracteriza por tener
capacidad de intercambio catiónico y de re-
tención de agua moderadamente baja; mien-
Tabla 1. Análisis de fertilidad.
M.O.: contenido de materia orgánica; N: nitrógeno total; Fr. Ar.: Franco
arenoso.
Lilloa 53 (1): 12–22, 2016
17
tras que la permeabilidad es moderadamente
buena y la velocidad de infiltración del agua
es moderadamente lenta. El pH, produce al-
gunas limitaciones en la movilidad de los
nutrientes que estuvieran presentes, especial-
mente los micronutrientes. La fertilidad del
suelo representado por estas muestras es
baja. No hay mayores limitaciones desde el
punto de vista de salinidad, en todas las pro-
fundidades las sales totales están dentro del
rango en el que los efectos de las sales son
despreciables sobre los cultivos. El valor más
alto en la capa superficial puede ser conse-
cuencia de la calidad del agua de riego que
se aplica. No hay peligro de que el sodio
intercambiable en el suelo alcance niveles
altos, porque el RAS es bajo.
b) Número de plantas logradas por metro
lineal.— En el tratamiento «CICA separadas,
CGo» se lograron 4,2 plantas/m lineal
mientras que en «CICA juntas, CCh» fue de
27,9 plantas/m lineal. La diferencia es alta-
mente significativa (p 0,01) (Fig. 1).
c) Altura promedio de las plantas y diá-
metro del tallo principal.— También la altu-
ra promedio de las plantas difiere significa-
tivamente en ambos tratamientos (p 0,01)
registrándose una mayor altura en «CICA
separadas, CGo» (2,2 m) que en «CICA jun-
tas, CCh» (1,7 m). También el diámetro del
tallo, en el primer tratamiento, fue mayor
(2,2 cm) que en el segundo (0,9 cm). La di-
ferencia es este último caso es del 60% y sig-
nificativa (p 0,01) (Fig. 2).
d) Área foliar específica (AFE).— El AFE
difiere significativamente en ambos trata-
mientos (Fig. 3). De esto resulta que el costo
en carbono para lograr 1 cm
2
de hoja (masa
foliar específica, MFE) es 6,45 mg PS/cm
2
(DS = 0,45) y 5,30 mg PS/cm
2
(DS = 0,45)
para CGo y CCh, respectivamente. Estas dife-
rencias son altamente significativas (P
0,01). De manera que la inversión en carbo-
no (MFE) es menor en el tratamiento «CICA
juntas, CCh». Este último dato tiene correla-
ción con el espesor de la hoja. En efecto, en
«CICA separadas, CGo» el espesor de la hoja
es mayor (332 µm promedio) con respecto a
la logradas por «CICA juntas, CCh» (273 µm
promedio) (Fig. 4).
e) Espesor de tejidos foliares, densidad y
tamaño estomático.— En la Fig. 4 se mues-
Tabla 2. Análisis de salinidad en suelos.
C.E.: conductividad eléctrica; RAS: relación de absorción de sodio.
Fig. 1. Chenopodium quinoa. Var. CICA. Nú-
mero de plantas logradas por metro lineal
utilizando dos métodos de siembra. El valor
corresponde a la media de 15 estimaciones
y la barra representa la desviación standard.
La diferencia entre ambas es significativa (p
0,01).
L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
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tra el detalle del corte transversal de hojas en
ambos tratamientos. Como ya se mencionó
el espesor de hojas en «CICA separadas,
CGo» es de 332 µm promedio contra 273
µm promedio en «CICA juntas, CCh». Es evi-
dente que el espesor de la lámina foliar es
afectada por la densidad de siembra utiliza-
da. Esto coincide con las mediciones de AFE
ya analizada. En ambos tratamientos la em-
palizada presenta varios estratos de células
alargadas (tres o más adaxiales) y dos o tres
estratos abaxiales con células más cortas.
También la densidad estomática (DE),
tamaño estomático e índice estomático (IE)
son afectados por la densidad de siembra
utilizada (Tabla 3). CICA es una variedad
amfiestomática, observación que coincide
con las observaciones de González et al.,
(2014). En este caso el valor de la DE dismi-
nuye cuando las plantas son cultivadas en
alta densidad de siembra. La misma dismi-
nución se ha detectado en el IE pero no en el
tamaño de los estomas. En este último caso
al disminuir la DE aumenta el tamaño de los
estomas en una clara tendencia de compen-
sación como ya fuera detectado en otras va-
riedades de quinoa (González et al., 2014).
f) Análisis foliar.— El análisis químico
de contenido de nitrógeno (N) y fósforo (P)
Tabla 3. Chenopodium quinoa. Var. CICA. Densidad estomática (DE), Índice estomático (IE) y
tamaño estomático bajo distintas densidades de siembra.
DE: densidad estomática, EI: epidermis inferior; ES: epidermis superior; LI: largo estomático
epidermis inferior; AI: ancho estomático epidermis inferior; LS: largo estomático epidermis
superior; AS: ancho estomático epidermos superior. Los valores consignados son el prome-
dio de 4 plantas distintas con 10 mediciones por planta. El valor entre paréntesis correspon-
de a la desviación standard. (*) Indica diferencias con p 0,05) y (**) con p 0,01).
Fig. 2. Chenopodium quinoa. Var. CICA. Altura promedio de las plantas (A) y diámetro del
tallo (B). Los valores corresponden a la media de 15 estimaciones y la barra representa la
desviación standard.
Lilloa 53 (1): 12–22, 2016
19
foliar, expresado en forma porcentual o
como milimoles del elemento por metro cua-
drado de superficie foliar, reveló que los
mismos son mayores en el tratamiento «CICA
separadas, CGo» (Tabla 4). Estas diferencias
indicarían diferencias a nivel funcional. En
efecto, los datos de nitrógeno foliar tienen
una relación estrecha con el AFE y con la
tasa de asimilación fotosintética de las espe-
cies (Evans, 1989). En el caso de «CICA se-
paradas, CGo» mientras el AFE es menor que
en «CICA juntas, CCh» el contenido de nitró-
geno foliar es mayor (Tabla 3) lo mismo que
el espesor de la lámina foliar y también su
tasa fotosintética (32,5 contra 24,1
µmol.m
-2
.s
-1
, datos aún no publicados). Es-
tas correlaciones han sido observadas en
muchas especies cultivadas (Evans, 1989) y
corroboran nuestros resultados (González et
al., 2010).
g) Rendimiento de grano y clases diamétri-
cas.— El rendimiento en el tratamiento
«CICA separadas, CGo» fue de 44,8 (DS =
18,4) g/planta contra 5,4 (DS = 2,4) g/plan-
ta para «CICA juntas, CCh» (Fig. 5).
Resulta interesante desde el punto de vis-
ta comercial, que en el tratamiento «CICA
separadas, CGo» se logré un 23% de semillas
que poseen un diámetro de 1,68 mm valor
que disminuye a casi 12% en el otro trata-
miento («CICA juntas, CCh»). La clase dia-
métrica que se produce en mayor porcentaje
(entre 62,3% y 68%), sin diferencia estadís-
tica entre ambos tratamientos, es aquella
que corresponde a granos cuyo diámetro es
1,41 mm (Fig. 6). El cálculo de rendimiento
de granos en kg/ha resultó con un valor de
5.389 ± 2.212 en «CICA separadas, CGo»
contra 3.049 ± 1.370 kg/ha en «CICA jun-
tas, CCh». Entre ambas existe una diferencia
de 1,8 veces.
Fig. 4. Chenopodium quinoa. Var. CICA. Transcorte de hoja. Izq: “CICA juntas, CCh” y Dere-
cha: “CICA separadas, CGo”. La barra representa la escala equivalente a 50 micrones. ES:
epidermis superior.
Fig. 3. Chenopodium quinoa. Var. CICA.
Área foliar específica (AFE). El valor corres-
ponde la media de 10 plantas distintas y la
barra representa la desviación standard. En-
tre ambos valores existe una diferencia signi-
ficativa (p 0,01).
L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
20
CONCLUSIONES
Bajo las condiciones climáticas y edáficas
de Encalilla los ensayos con quinoa (var.
CICA) realizados con diferentes densidades
de siembra, demostraron que tienen una
fuerte incidencia tanto a nivel morfológico
interno y externo como en el rendimiento de
granos. En efecto, debido a situaciones de
competencia intraespecífica, el tratamiento
«CICA separadas, CGo» rinde 1,8 veces más
granos que «CICA juntas, CCh» (5,4 contra
3,05 Tn/ha respectivamente). Dado que el
tipo de suelo donde se realizó el cultivo fue
el mismo para ambos tipos de tratamiento,
igual que el riego y el manejo del cultivo
(desmalezado y aporque básicamente ya
que no hubo fertilización de ningún tipo) y
las condiciones micrometeorológicas son las
mismas, se concluye que los efectos observa-
dos se deben a la densidad de plantas ensa-
yadas, lo que crea una competencia diferente
por nutrientes del suelo, agua y radiación
solar. El rendimiento en granos obtenidos en
el tratamiento «CICA separadas, CGo»
(5.389 kg/ha) se ubica por encima de los
valores informados en la bibliografía para
otras condiciones geográficas. El valor en-
contrado para «CICA juntas, CCh» (3.049
kg/ha) si bien es también alto en compara-
ción con valores informados para las zonas
andinas (300 a 1.300 kg/ha), resulta próxi-
mo a los valores informados para otras con-
diciones climáticas como por ej. el sur de
Italia (Pulvento et al., 2010) y superior para
ensayos realizados con cultivares andinos y
de nivel de mar, en zonas costeras de Chile,
que mostraron un rendimiento entre 754 y
2.032 kg/ha (Garrido et al., 2013).
Los antecedentes para esta misma espe-
cie, en otras variedades, muestran también
una variabilidad alta en los rendimientos.
Datos de la evaluación de germoplasma ori-
ginarios de zonas del altiplano, valles secos
y valles húmedos del Noroeste de Argentina
mostraron que el rendimiento (expresado en
peso de granos/m
2
) fue de 71,2; 142, 6 y
204,6 (equivalentes a 712, 1.420, 600 y
2.040,6 kg/ha) respectivamente (Curti,
2009). Sin embargo, los datos de la cita se
refieren a sitios de cultivos localizados entre
2.900 y 3.600 m snm. Por otro lado, Jacob-
sen et al. (1994) encontró que la relación
entre el rendimiento granario y la densidad
de plantas podía ser mejor explicado por
medio de una relación cuadrática. Esto im-
plica que existe un máximo en el rendimien-
to a partir del cual disminuye en función de
una disminución, o un aumento, en la densi-
dad de plantas. Estos mismos autores infor-
maron que una densidad óptima, para las
condiciones de Dinamarca, fue de 327 plan-
tas/m
2
con lo que lograron un rendimiento
aproximado de 2.500 kg/ha. Asimismo Pul-
vento et al., (2010) encontraron en cultivos
experimentales, con dos variedades chilenas,
Tabla 4. Chenopodium quinoa. Contenido de nitrógeno y fósforo foliar.
Fig. 5. Chenopodium quinoa. var. cica. Ren-
dimiento granario (gramos/planta). El valor
corresponde la media de veinte mediciones al
azar y la barra representa la desviación
standard.
Lilloa 53 (1): 12–22, 2016
21
Fig. 6. Chenopodium quinoa. Rendimiento porcentual de las distintas clases diamétricas de
los granos obtenidos en los dos tratamientos. Cada columna representa la media de diez
mediciones al azar y la barra representa la desviación standard.
realizados en el sur de Italia, un rendimiento
aproximado entre 1.900 y 3.280 kg/ha (var.
KV) y 3.000 y 3.420 kg/ha (Var. Baer Rega-
lona) con una densidad aproximada de
200.000 pl/ha. Otros datos (González et al.,
2011) para la variedad CICA, cultivada en
Encalilla (Tucumán, Argentina), en dos pe-
ríodos (2007-2008 y 2008-2009) muestran
valores de 2.344 kg/ha.
Los datos de rendimiento de la variedad
que se ensayó reflejan una alta variabilidad.
Estos resultados también se han observado
tanto en variedades andinas como de nivel de
mar (ver Garrido, 2013) como en otras varie-
dades cultivadas en otras situaciones geográ-
ficas, como por ej. Dinamarca e Italia. Sin
duda, esto implica que el material que se está
utilizando, aún necesita de estabilización ge-
nética o de una mejor selección y hasta de
mejores prácticas agriculturales. En nuestras
experiencias se demuestra la relación estre-
cha existente entre la densidad de siembra, la
respuesta morfológica y la productividad
(rendimiento en granos en este caso). La
práctica de siembra a chorrillo (con maqui-
na) es sin duda de gran ayuda para los agri-
cultores pequeños, ya que ahorra tiempo y
mano de obra, pero en términos de costos la
misma resulta onerosa debido a la alta canti-
dad de semillas que se requiere (aproximada-
mente 7-8 kg/ha). También resulta una prác-
tica que desperdicia plantas ya que es necesa-
rio el raleo una vez que las plantas alcanzan
el desarrollo vegetativo previo a la floración.
De esto surge la necesidad de perfeccionar
sistemas tecnológicos sencillos, que ayuden a
la siembra por golpe, logrando desde un co-
mienzo una densidad no tan alta como la que
se logra en el sistema a chorrillo. Finalmente,
teniendo en cuenta el mayor contenido de ni-
trógeno y fósforo foliar y su relación con el
mayor rendimiento de granos en la siembra
por golpe, se demuestra la interdependencia
entre los niveles de contenido mineral y los
procesos fisiológicos que deberán ser tenidos
en cuenta en la planificación y manejo de este
cultivo.
AGRADECIMIENTOS
A la Fundación Miguel Lillo por el apoyo
en equipos de campo, personal y laborato-
rios. Al personal del Campo Demostrativo de
Encalilla (Amaicha del Valle, Tucumán) en
las personas de Tec. Isabel Martínez y Sr.
Martín Quiroga. Los análisis de suelos de
Encalilla y de tejido foliar fueron realizados
por la Ing. María Correa (INTA-Famaillá).
L. E. Erazzú et al.: Efectos de la densidad de siembra sobre Chenopodium quinoa Willd
22
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