Lilloa 52 (2): 175–186, 2015
175
Medina, Patricio A.
Investigador independiente. Torres del Paine 7221, código postal 7571387, Santiago, Chile.
Autor corresponsal: alstroemeds@gmail.com
Recibido: 20/10/15 – Aceptado: 07/12/15
Resumen — Medina, P. 2015. “Eleocharis tucumanensis Barros (Cyperaceae) en Chile
Central, ampliación de distribución y contribución al conocimiento de la especie”. Lilloa 52
(2). Se adiciona una nueva localidad y primer registro de Eleocharis tucumanensis Barros en
Chile Central. La exploración de la cuenca del río Olivares (RM), amplió su límite sur de dis-
tribución en 1230 km y 11,1 grados de latitud. El taxón se registró sobre 3800 msnm en
ecosistemas de humedales altoandinos. El hallazgo revela la escasa información disponible
acerca de la corología de la especie en Chile y la carencia de colectas entre la II Región de
Antofagasta y su actual distribución. Se propone que el estado de conservación de la especie
para Chile sea Datos Insuficientes (DD).
Palabras clave: Eleocharis tucumanensis, Chile Central, cuenca del río Olivares, hu-
medales alto Andinos.
AbstractMedina, P. 2015. Eleocharis tucumanensis Barros (Cyperaceae) in central
Chile, distribution extension and contribution about its knowledge”. Lilloa 52 (2). This work
adds a new location and first record of Eleocharis tucumanensis Barros in Central Chile. The
survey of a high andean mountain range in the Olivares river basin (RM), expanded their
southern distributional limit about 1230 km and 11.1 latitudinal degrees. This taxon was
found above 3800 masl in a high andean wetland ecosystems. The finding reveals the limited
information available about the chorology of this species in Chile and the gap of collections
among second Region of Antofagasta and its current distribution. It arises to propose the
conservation status to Chile as Data Deficient (DD).
Keywords: Eleocharis tucumanensis, Central Chile, Olivares river basin, high andean wet-
lands.
INTRODUCCIÓN
Eleocharis tucumanensis Barros, ha sido
clasificado dentro del subgénero Scirpidium
que comprende 12 a 15 taxa escasamente re-
presentados en Asia, Australia, Europa,
mientras que, la mayoría de las especies se
concentran en América (Smith, 2001; Trevi-
san et al., 2014), habitando áreas templadas
hasta zonas de bajas temperaturas desde
Alaska a la porción austral del Cono Sur de
Sudamérica (Svenson, 1929; González-Eli-
zondo y Reznicek, 1996; González-Elizondo
y Peterson, 1997; González-Elizondo y Tena-
Flores, 2000; Smith, 2001; Smith et al.,
2002). Existen dos centros de diversidad, uno
Eleocharis tucumanensis Barros (Cyperaceae) en Chile
Central, ampliación de distribución y contribución al
conocimiento de la especie
NOTA
se encuentra emplazado en pisos de vegeta-
ción a gran elevación en la Cordillera de Los
Andes (Svenson, 1929; González-Elizondo y
Tena-Flores, 2000; Trevisan et al., 2014).
Eleocharis tucumanensis, posee una dis-
tribución concentrada en los altos Andes de
Argentina, Bolivia y Chile (Svenson, 1929;
Guaglianone, 1996; Guaglianone et al.,
1998; Guaglianone y González-Elizondo,
2009). En Chile, ha sido escasamente estu-
diada, donde gran parte de la información y
material colectado proviene de Argentina y
Bolivia (Barros, 1946; Ruthsatz, 1995; Gua-
glianone, 1996; Guaglianone et al., 1998;
Govaerts et al., 2007; Guaglianone y Gonzá-
lez-Elizondo, 2009; Jørgensen et al., 2014,
2015). E. tucumanensis vegeta en márgenes
de bofedales altiplánicos propios de la puna
P. A. Medina: Eleocharis tucumanensis Barros en Chile Central
176
seca de Argentina, Bolivia y Chile (Ruthsatz,
1995; Guaglianone et al., 1998; Guagliano-
ne y González-Elizondo, 2009). También ha
sido señalada para los humedales altoandi-
nos de Perú por Galán de Mera et al. (2003;
2009), sobre la base de la asociación fitoso-
ciológica Eleocharito tucumanensisPlanta-
go tubulosae (Seibert, 1993), para la puna
de los Andes Bolivia.
El presente trabajo adiciona una nueva
localidad para E. tucumanensis en Chile Cen-
tral. Además, se amplía su distribución y lí-
mite sur, se proporciona iconografía del
material estudiado, se actualiza información
sobre su posición sistemática, se proporciona
una breve descripción de su hábitat y los ele-
mentos florísticos que cohabitan y componen
la comunidad vegetal intrazonal. Finalmen-
te, se mencionan algunos alcances acerca de
su estado de conservación.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los ejemplares fueron registrados tras
efectuar exploraciones botánicas durante
marzo-abril de 2015 en la cuenca del río
Olivares. El sitio se ubica en un pequeño
cajón cordillerano cuyo curso de agua con-
siste en el afluente del estero Picarte, uno de
los nacientes del río Olivares, a saber: El
estero Los Nacimientos, Región Metropolita-
na (Fig. 1). Se complementó el estudio con
la observación de material de Eleocharis tu-
cumanensis en SGO, junto con la observación
de fotografías de material de Herbario dis-
ponible en SI para Argentina, Bolivia y Chile
(Guaglianone et al., 1998; Guaglianone y
González-Elizondo, 2009). La iconografía
presentada se basó en la observación del
material Medina 2900 y Medina 3030 (SGO,
CONC). El mapa de distribución se elaboró
sobre la base del antiguo límite sur y límite
norte (Guaglianone et al., 1998), sumado al
nuevo registro en Chile Central. El material
colectado se preservó y se depositó en SGO y
CONC. Se utilizaron claves taxonómicas
para la determinación a nivel de género
(Goetghebeur, 1998) y subgénero (Svenson,
1929; Kukkonen, 1990; González-Elizondo y
Peterson, 1997; Smith et al., 2002). La iden-
tificación a nivel específico se basó en Gua-
glianone y González-Elizondo (2009).
MATERIAL EXAMINADO
CHILE. Región Metropolitana de Santia-
go. Prov. Cordillera, Comuna San José de
Maipo. Estero Los Nacimientos, 33°09’55"S
70°09’57"O, 3812 m, 09-III-2015, vega acoji-
nada alto Andina, Medina 2900 (SGO,
CONC); Ídem, 13-IV-2015, Medina 3030
(SGO, CONC).
MATERIAL ADICIONAL
EXAMINADO
ARGENTINA. Jujuy. Dpto Humahuaca,
mina Aguilar, 3900 m, 17-X-1949, Hueck
308 (LIL). San Juan. Dpto. Iglesias, Valle del
Cura, Río Blanco, 4300 m, 24-I-1995, Kies-
ling & Ruthsatz 8691 (photo SI). Tucumán.
Dpto. Tafí, río de La Puerta, 4000 m, XII-
1931, Schreiter 7071 (photo Isotype SI).
BOLIVIA. La Paz. Prov. Franz Tamayo, Ulla-
Ulla, Cañuma, Orillas de Laguna, 4450 m,
4-XI-1982, Menhofer 1613 (photo SI). CHI-
LE. XV Región de Arica y Parinacota. Prov.
Parinacota, comuna Putre; Lago Chungará,
Orilla de laguna, 18°18’S 69°08’O, 4600 m,
1-XI-1991, Ruthsatz 7989 (photo SI); Salar
de Surire, bofedal colgante cerca de Garita
CONAF, 18°51’16"S 69°08’34"O, 4290 m, 24-
IX-2015, Gamboa et al. 1 (SGO); Itiza, bofe-
dal, 18°43’55"S 69°20’05"O, 3972 m, 25-IX-
2015, Gamboa et al. 2 (SGO). I Región de
Tarapacá. Prov. Del Tamarugal, comuna
Pica, Collaguasii, Ujima en vega, 20°59’S,
68°39’O, 4450 m, 24-III-1992, Ruthsatz 8423
(photo SI). II Región de Antofagasta. Prov. El
Loa, comuna Calama, Quebrada Linzor,
vega, 22°’13’S, 68°01’O, 4000 m, 21-III-
1992, Ruthsatz 8374 (photo SI).
RESULTADOS
Eleocharis tucumanensis Barros,
Lilloa. 12: 7, f. 2. 1946.
NOMBRE VERNACULAR
No conocido. A este tipo de hierbas pro-
pias de humedales altoandinos se les deno-
Lilloa 52 (2): 175–186, 2015
177
mina grama, vegas o t’champa (Villagrán y
Castro, 2004).
ICONOGRAFÍA Y DESCRIPCIÓN
Hemicriptófita rizomatosa, 1,0-1,5 (2,0)
cm de alto. Glumas 3-4, sub-dísticas, color
castaño rojizo hasta morado oscuro, espi-
guillas unifloras, monocárpicas (Hinchcliff
et al., 2010), aunque pueden existir dos flo-
res. Estilo trífido, supera las glumas. Aque-
nios trígonos, obovoides, 0,8-1 mm largo x
0,5-0,7 mm ancho, costados longitudinal-
mente y trabeculados (Fig. 2). Se observó en
Medina 3030, hasta 6 cerdas del perigonio
de igual tamaño o que apenas superan el
aquenio. Descripción ampliada en Barros
(1946), González-Elizondo y Reznicek
(1996), Guaglianone et al. (1998) y Gua-
glianone y González-Elizondo (2009).
RESEÑA TAXONÓMICA
Y SISTEMÁTICA
González-Elizondo et al. (1997), Gonzá-
lez-Elizondo y Peterson (1997), Guaglianone
et al. (1998) y González-Elizondo y Tena-Flo-
res (2000), indican la posición sistemática
para Eleocharis tucumanensis Barros, dentro
del subgénero Scirpidium (Nees) Kukkonen
(Ann. Bot. Fenn. 27: 114. 1990), sección
Scirpidium (Nees) Benth. & Hook.f., Gen. PI.
3: 1047. 1883; Nees, Linnaea 9: 293 (Nees,
1834; Guaglianone et al., 1998). Esta hipó-
tesis deriva de la serie Aciculares Svenson
(Rhodora. 31: 128. 1929), subgénero Eu-
Eleocharis, sección Aciculares de C.B. Clarke,
Bull. Misc. Inform. Kew, Addit. 8:105. 1908.
(Clarke, 1908; Svenson, 1929, 1939, 1957;
Barros, 1946; González-Elizondo et al.,
1997; Trevisan et al., 2014). El subgénero
Scirpidium es un clado monofilético y deli-
mitado dentro de Eleocharis, aunque existen
complejos de especies con discontinuidades
entre taxa escasamente perceptibles dificul-
tando su segregación (Svenson, 1939; Gon-
zález-Elizondo et al., 1997; Roalson y Friar,
2000; Roalson et al., 2010; Trevisan et al.,
2014). Trevisan et al. (2014), indican una
urgente una revisión filogenética global del
grupo. Roalson et al. (2010), señalan una
hipótesis sistemática distinta a partir de
análisis moleculares, otorgando al taxón un
fuerte soporte respecto al clado E. albibrac-
teata (serie Pauciflorae, Svenson, 1929; serie
Palustriformes, sub-ser. Truncatae, Svenson,
1939; subgénero Eleocharis, sección Eleocha-
ris sensu Roalson et al., 2010). Las especies
propias del subgénero Scirpidium poseen
glumas proximales fértiles, excepto E. tucu-
manensis (Barros, 1946; González-Elizondo
y Reznicek, 1996; Guaglianone et al., 1998;
Guaglianone y González-Elizondo, 2009) y E.
ayacuchensis S. González y Reznicek (Gonzá-
lez-Elizondo y Reznicek, 1996), aquenios trí-
gonos, estilos trífidos y paredes del aquenio
con costas longitudinales y trabéculas (Sven-
son, 1929; Barros, 1946; González-Elizondo
y Peterson, 1997; Guaglianone et al., 1998;
Guaglianone y González-Elizondo, 2009; Tre-
visan et al., 2014).
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Taxón escasamente citado para Chile a
partir de la XV Región de Arica y Parinacota
hasta la II Región de Antofagasta (Marticore-
na, 1990; Ruthsatz, 1995; Guaglianone,
1996; Guaglianone et al., 1998; Marticore-
na et al., 1998; Guaglianone y González-Eli-
zondo, 2009; Hernández et al., 2014). En
Bolivia se encuentra en la puna mesofítica
(húmeda) y xerofítica (seca) sobre los 4000
m, entre La Paz y Potosí (Seibert, 1993; Gua-
glianone et al., 1998; Navarro y Maldonado,
2002; Guaglianone y González-Elizondo,
2009; Navarro et al., 2011; Ruthsatz, 1995,
2012; Jørgensen et al., 2014, 2015; Loza-
Herrera et al., 2015). Para la Argentina se
distribuye desde el NW (Tucumán y Jujuy),
hasta la Provincia de San Juan en el departa-
mento Iglesias (Barros, 1946; Guaglianone,
1996; Guaglianone et al., 1998; Guagliano-
ne y González-Elizondo, 2009). En esta con-
tribución se adiciona un registro a los 33° de
latitud sur en la Cordillera de Los Andes de
Chile Central (Fig. 1), llegando su límite sur
hasta la porción altoandina de la comuna de
San José de Maipo (RM). Se observó un úni-
co sitio de presencia (Fig. 1 y Tabla 1).
P. A. Medina: Eleocharis tucumanensis Barros en Chile Central
178
Fig. 1. Nuevo patrón de distribución de Eleocharis tucumanensis Barros en Chile. A) Límite
norte de distribución, XV Región Arica y Parinacota (Ruthsatz 7989). B) Región de Tarapacá
(Ruthsatz 8423). C) Antiguo límite sur, II Región de Antofagasta (Ruthsatz 8374). D) Nuevo
límite sur, Región Metropolitana, estero Los Nacimientos RM (Medina 2900, 3030).
Lilloa 52 (2): 175–186, 2015
179
CARACTERIZACIÓN
DEL AMBIENTE
En un contexto biogeográfico, el área está
inserta dentro de la Provincia Alto Andina
(Cabrera y Willink, 1973), Provincia Andes
del Sur (Udvardy, 1975) o Provincia Puneña
según Morrone (2001). La región se caracteri-
za por un clima con inviernos de bajas tempe-
Tabla 1. Composición de especies para la comunidad intrazonal donde habita Eleocharis tucu-
manensis Barros en Chile Central, estero Los Nacimientos.
* Especies dominantes dentro de cada tipo de comunidad. FV
4
(forma de vida según Raun-
kiaer): Ca= Caméfita; He= Hemicriptófita y Te= Terófita. C
5
Tipo de comunidad: Int=Intrazonal;
Ec=Ecotono y Z=Zonal.
P. A. Medina: Eleocharis tucumanensis Barros en Chile Central
180
Fig. 2. Eleocharis tucumanensis Barros. A) Aquenio y cerdas periginales, escala mayor 0,9
mm, escala menor 0,3 mm (Medina 3030, SGO/CONC). B) Detalle de estilo base desarro-
llada de aquenio, escala 0,3 mm (Medina 3030). C) Vista ventral gluma inferior, escala 2
mm (Medina 2900, SGO/CONC). D) Hábito de E. tucumanensis, escala 3 mm (Medina
2900). Iconografía original Patricio Medina.
raturas y veranos secos-cálidos, precipitacio-
nes invernales sobre 2500 m en forma de nie-
ve y granizo que se mantienen cerca de 4 a 6
meses (Cabrera y Willink, 1973; Luebert y
Pliscoff, 2006; Armesto et al., 2007; Moreira-
Muñoz, 2011). La geomorfología del cajón se
caracteriza por un origen fluvio-glacial gene-
rado por el retiro de antiguos glaciares que
Lilloa 52 (2): 175–186, 2015
181
aún permanecen en la porción superior de la
cuenca (Glaciar Olivares Beta y Ventisquero
Olivares), también existen glaciares en cum-
bres escarpadas de cerros contiguos (Cerro
Juncal, 6110 m; Nevados del Plomo, 6070 m;
Cerro el Plomo, 5424 m; Cerro Altar, 5180 m;
Cerro Risopatrón, 5720 m, entre otros). Las
laderas son escarpadas y rocosas, permitien-
do una acción combinada de procesos aluvio-
coluvionales sucesivos que originan un suelo
inmaduro de textura arenosa-pedregosa, suel-
to, delgado y pobre en materia orgánica. El
valle del estero Los Nacimientos es angosto,
con lomajes accidentados en un sentido E-W y
farellones rocosos que irrumpen la continui-
dad del relieve. Respecto a la vegetación,
Gajardo (1994) señala la estepa alto-andina
de la cordillera de Santiago, en especial, la
asociación intrazonal de Patosia clandestina
Juncus balticus. Asimismo, Luebert y Plisco-
ff (2006) describen el piso de vegetación so-
bre los 3300 m como el herbazal mediterrá-
neo Andino de Nastanthus spathulatus y Me-
nonvillea spathulata, dominado por plantas
de fisonomía de cojín, cuya composición de
la comunidad intrazonal se describe en Ruths-
atz (1993) y Luebert y Gajardo (2004).
Eleocharis tucumanensis, fue registrado
en un fragmento de humedal altoandino so-
bre los 3800 m, emplazado en una breve
meseta en posición topográfica de medio-al-
tos de ladera, segregado de otros parches de
humedal. Crece de manera gregaria, for-
mando pequeñas colonias, localizadas y de
reducida extensión en el espacio en la perife-
ria de una comunidad intrazonal de tipo
vega acojinada con gramíneas cespitosas,
caracterizada por la especie dominante de
fisonomía herbácea y de aspecto globoso
Patosia clandestina (Phil.) Buchenau. La
vega acojinada se caracteriza por presentar
un cubrimiento del piso que supera el 100%,
debido a traslape vertical de dos estratos: el
superior está conformado por gramíneas pe-
rennes cespitosas que pueden alcanzar 0,5 m
de altura, la cobertura del piso bordea un
30-40%, las especies estructurantes consisten
en Deyeuxia chrysostachya E. Desv., Deyeuxia
velutina Nees & Meyen. En segundo orden
Erigeron andicola DC. y Carex macloviana
d’Urv concentrada principalmente en los
márgenes de la vega. El estrato inferior se
caracteriza por presentar un aspecto acojina-
do de baja altura (0-10 cm), aunque aporta
la mayor proporción de cubrimiento del piso
(70-80%), dominado por la caméfita rizo-
matoza Patosia clandestina (Phil.) Buchen-
au. En segundo orden las hierbas perennes
enanas Zamaioscirpus gaimardioides (E.
Desv.) Dhooge & Goetgh., Plantago barbata
G. Forst. y Festuca magellanica Lam. En este
estrato vegetan diversas especies de Bryo-
phytas, sobre todo taxa afines al género
Bryum Hedwig, creciendo entremezcladas
con la flora vascular y que a veces forman
cojines de musgos mono o bi-específicos,
compactos y similares en aspecto a la fiso-
nomía de la vegetación. La comunidad se
encuentra rodeada por vegetación zonal de
escaso cubrimiento del piso, dominada por
el sufrútice de bajo tamaño Nassauvia cu-
mingii Hook. et Arn. y las hemicriptófitas
Phacelia secunda J.F. Gmel. y Hordeum co-
mosum J. Presl. El detalle de la composición
de especies se expresa en Tabla 1.
FENOLOGÍA
La población descrita posee una breve
permanencia de estructuras aéreas durante
su ciclo anual de crecimiento. Durante las
visitas exploratorias, los individuos se regis-
traron entre la fase fenológica de floración
(Medina 2900) y dispersión de frutos (Medi-
na 3030). Del mismo modo, a mediados de
abril se registraron individuos que iniciaban
su fase fenológica de latencia. Se plantea
que el desarrollo de estructuras florales ocu-
rriría entre enero y marzo, mientras que, la
fase fenológica de fructificación abarcaría el
período entre febrero y comienzos de abril.
Por el contrario, en el límite norte de distri-
bución para Chile, Argentina y Bolivia, la
especie florece entre fines de octubre y enero
(Gamboa et al. 1 y 2, Kiesling & Ruthsatz
8691, Schreiter 7071).
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Eleocharis tucumanensis no está protegida
por la normativa de Chile ni ha sido someti-
da a proceso de evaluación dentro del siste-
P. A. Medina: Eleocharis tucumanensis Barros en Chile Central
182
ma de clasificación de especies definido por
el reglamento de CONAMA y Ministerio de
Medioambiente. De acuerdo a lo anterior,
los autores Hernández et al. (2014), exponen
el estatus de la especie como No Clasificada.
Del mismo modo, el taxón no fue incorpora-
do en la propuesta de estado de conservación
para la flora vascular la XV Región de Arica
y Parinacota y I Región de Tarapacá (Gatica-
Castro et al., 2015). Sin embargo, para la
Región de Antofagasta, fue definida bajo
Datos Insuficientes (García, 2013). Las prin-
cipales amenazas para las comunidades
donde habita la especie consisten en minería
a gran escala y la práctica tradicional de
ganadería extensiva, que genera sobrepasto-
reo e incorporación de taxa alóctonos.
DISCUSIÓN
Este estudio documenta una nueva loca-
lidad para Eleocharis tucumanensis. Consiste
en el primer registro en cordones montaño-
sos alto Andinos de Chile Central y extiende
el límite sur de distribución definido con
anterioridad para la especie en la II Región
de Antofagasta (Guaglianone, 1996; Gua-
glianone et al., 1998; Marticorena et al.,
1998), en 1230 km y 11,1 grados de latitud.
La especie no ha sido observada en esta lati-
tud para la Argentina (Guaglianone, 1996;
Guaglianone et al., 1998; Guaglianone y
González-Elizondo, 2009). Además, corres-
ponde a uno de los registros de E. tucuma-
nensis de menor elevación en alta montaña
descrito para Chile dentro de la Provincia
biogeográfica Alto-andina. La extensión to-
tal de la presencia para Chile, se extiende a
1660 km y 14,9° de latitud.
El hallazgo revela la escasa información
disponible acerca de la corología de la espe-
cie en Chile, pues hay escasos registros entre
la XV Región de Arica y Parinacota y la II
Región de Antofagasta. Al apreciar el nuevo
patrón de distribución geográfica, resulta
contradictoria la inexistencia de ejemplares
disponibles en los herbarios de Chile. De
hecho, a la fecha no existía material para
consulta en SGO y CONC. El material obser-
vado para Chile pertenece a la Dra. B. Ru-
thsatz (SI). Además, se incorporó material
reciente (Gamboa et al. 1 y 2, SGO). Esta
situación se debería en gran parte, a la esca-
sez de botánicos en Chile que estudian y co-
lectan taxa de Cyperaceae, sobre todo repre-
sentantes del género Eleocharis (Marticorena,
2015, comm. pers.).
2
El taxón presenta difi-
cultad para ser detectado en campo, puesto
que los individuos crecen en humedales a
gran elevación, rigurosidad climática, la fi-
siografía es escarpada (Gajardo, 1994) y de
difícil acceso para la realización de explo-
raciones botánicas. A su vez, los individuos
son crípticos, de reducido tamaño, forman
colonias poco frecuentes y con distribución
restringida asociada a la ocupación de hábi-
tats especializados. Observaciones de campo
efectuadas por el autor, revelan que la espe-
cie presenta un breve período fenológico res-
pecto a la emergencia de estructuras aéreas,
tanto vegetativas como reproductivas, las
cuales se secan y fragmentan en corto tiem-
po, dificultando su reconocimiento in situ.
Eleocharis tucumanensis, presenta un pa-
trón de distribución dentro de Argentina,
Bolivia y Chile (Barros, 1946; Ruthsatz,
1995, 2012; Guaglianone, 1996; Guagliano-
ne et al., 1998; Marticorena et al., 1998;
Guaglianone y González-Elizondo, 2009;
Hernández et al., 2014; Jørgensen et al.,
2014, 2015; Loza-Herrera et al., 2015). No
obstante, al observar datos se distribución,
se observa un patrón fragmentado y parcial-
mente conocido. Asimismo, existen escasos
trabajos que indican presencia en el Perú.
Galán de Mera et al. (2003, 2009), señalan
la asociación Eleocharito tucumanensis –
Plantaginetum tubulosae para los bofedales
Andinos de los Departamentos de Arequipa y
Tacna sobre la base de la descripción de Sei-
bert (1993), para el altiplano de Bolivia. Sin
embargo, los trabajos de Galán de Mera et
al. (2003, 2009), no indican con claridad
material estudiado o referencia de depósito
de E. tucumanensis en Herbarios indexados.
La existencia documentada de la especie en
2
Marticorena, A. 2015. Curadora Herbario
CONC.
Lilloa 52 (2): 175–186, 2015
183
el Perú según Galán de Mera et al., (2003,
2009), podría interpretarse como un error de
determinación. En la base de datos de Mis-
souri Botanical Garden (Tropicos.org,
2015), se exponen tres registros de especí-
menes en los Herbarios UPCH y MO (Mon-
tesinos 2168a y 2168b, Montesinos 2016B),
provenientes del Departamento de Moque-
gua, Prov. General Sánchez Cerro, humedal
Colpamayo. Además, se observaron fotogra-
fías del espécimen Montesinos 2009 (USM,
UPCH, MO y CPUN). Según comentario per-
sonal del autor, la identidad taxonómica de
los materiales consistiría en E. cf. albibrac-
teata Nees & Meyen ex Kunth (Montesinos,
2015, comm pers.).
3
A pesar de lo anterior,
no se descartaría la presencia de E. tucuma-
nensis en bofedales altoandinos del sureste
de Perú, emplazados en zonas limítrofes con
Chile (XV Región de Arica y Parinacota) y
Bolivia sobre todo en ambientes elevados del
Departamento de Puno y Tacna caracteriza-
dos por presentar puna seca y puna húmeda
(Seibert, 1993; Navarro, 1993; Navarro y
Maldonado, 2002; Galán de Mera et al.,
2002, 2003, 2009). Estos Departamentos
comparten características biogeográficas
propias de la Superprovincia de la Puna,
Provincias fitogeográficas Oruro-Arequipeña
y Ancashino-Paceña (Galán de Mera et al.,
2002; Galán de Mera et al., 2009) o las Pro-
vincias Altoandina y Puneña según Cabrera y
Willink (1973).
E. tucumanensis habita dentro de la mis-
ma Provincia biogeográfica a lo largo de
los altos Andes del norte de Argentina, Boli-
via y Chile, hasta Chile Central compartien-
do un clima riguroso, hiperárido, frío gran
parte del año y con intensa radiación solar
(Garreaud et al., 2003; Luebert y Pliscoff,
2006; Strecker et al., 2007). Sin embargo,
la distancia entre los puntos de distribución
geográfica es contrastante y amplia, a pesar
que comparten presencia en los altos Andes,
podrían existir diferencias biogeográficas,
patrones climáticos, fisiografía y condicio-
nes edáficas imperantes. Por un lado, el cli-
ma de los cordones altoandinos de Chile
Central presenta un régimen de precipita-
ción invernal (Cabrera y Willink, 1973; Lue-
bert y Pliscoff, 2006; Armesto et al., 2007) y
un relieve montañoso que origina laderas
escarpadas, abruptas y suelos poco desarro-
llados (Gajardo, 1994; Armesto et al.,
2007), mientras que, la porción alto-Andina
del norte de Chile (XV Región de Arica y Pa-
rinacota - II Región de Antofagasta), noroeste
de Argentina, sureste de Perú y Bolivia, está
sujeta a un régimen macrobioclimático tro-
pical (Luebert y Pliscoff, 2006; Moreira-Mu-
ñoz, 2011), con precipitación estival de ori-
gen tropical (Garreaud et al., 2003; Luebert
y Pliscoff, 2006; Young et al., 2007; Strecker
et al., 2007; Ahumada y Faúndez, 2009;
Muñoz-Moreira, 2011; Ruthsatz, 1995,
2012) y un relieve de altiplanicie (Gajardo,
1994; Armesto et al., 2007; Muñoz-Moreira,
2011; Ruthsatz, 2012).
Para los altos Andes del NO de Argenti-
na, Bolivia y norte de Chile, E. tucumanensis
vegeta en la periferia de comunidades intra-
zonales de tipo bofedal dominados por taxa
con forma de vida caméfita, compacta y de
aspecto esponjado, a saber: Distichia mus-
coides Nees & Meyen, Oxychloë andina Phil. y
en menor parte Zameioscirpus atacamensis
(Phil.) Dhooge & Goetgh. (Ruthsatz, 1993,
1995, 2012; Luebert y Gajardo, 2000, 2004,
2005; Navarro, 1993; Navarro y Maldonado,
2002; Galán de Mera et al., 2003, 2009;
Cooper et al., 2010; Navarro et al., 2011;
Maldonado-Fonkén, 2014; Salvador et al.,
2014). Por otra parte, la vegetación intrazo-
nal de la sección andina de Chile Central,
posee una fisonomía similar siendo las co-
munidades de altiplano dominadas por
Oxychloë-Distichia reemplazadas por vegas
acojinadas dominadas por la hierba perenne
con aspecto abombado, Patosia clandestina.
El intercambio de especies, se debería prin-
cipalmente por preferencias de composición
química del agua (Ruthsatz, 1993, 1995,
2012; Cooper et al., 2010; Navarro et al.,
2011).
Al apreciar los dos extremos de distribu-
ción de Eleocharis tucumanensis, se observan
3
Montesinos, D. 2015. Estudiante PhD Fito-
sociología (Wageningen, Holanda).
P. A. Medina: Eleocharis tucumanensis Barros en Chile Central
184
afinidades respecto a la fisonomía y estructu-
ra de las comunidades de bofedales, ya que
comparten elementos florísticos a nivel de
género (géneros Carex, Deschampsia, De-
yeuxia, Eleocharis, Festuca, Gentiana, Lobe-
lia, Phylloscirpus, Plantago, Poa, Puccinellia,
Ranunculus, Werneria, Zameioscirpus, entre
otros). No obstante, la composición de taxa
a nivel específico posee diferencias notorias
(ver Tabla 1), debido al reemplazo del corte-
jo florístico del altiplano por incorporación
de elementos propios de los altos andes de
Chile Central (Ruthsatz, 1993; Luebert y Ga-
jardo, 2004; Luebert y Pliscoff, 2006).
El uso histórico del suelo propio a los
asentamientos humanos que acceden al cajón
de río Olivares, consiste en ganadería exten-
siva estival («veranadas»), donde estancieros
y arrieros trasladan ganado hacia la alta
cordillera con el fin de generar la engorda
de su ganado. Esta actividad aumenta la pre-
sión de pastoreo sobre comunidades intrazo-
nales, empobreciendo la riqueza de taxa
(Gajardo, 1994; Pimentel et al., 2001; Do-
gra et al., 2010), incorporación y naturali-
zación de especies invasoras con comporta-
miento de maleza, alteran su composición
florística, dinámica (Richardson et al.,
2000) y competencia por recursos con taxa
nativos (Pimentel et al., 2001; Dogra et al.,
2010). Estas amenazas afectan a E. a la po-
blación de E. tucumanensis puesto son loca-
lizadas, gregarias y poco frecuentes. Un as-
pecto a favor de la conservación de los hu-
medales altoandinos donde vegeta E. tucu-
manensis, se refiere a que en octubre 2015 se
firmó el protocolo para la creación de la
unidad de conservación Parque Nacional Río
Olivares, administrado por La Corporación
Nacional Forestal (CONAF), en el cual se
protegerán glaciares y ecosistemas altoandi-
nos, así como las especies vegetales que ahí
cohabitan.
Finalmente, se debe indicar que los ante-
cedentes adicionados no son suficientes para
definir una categoría de estado de conserva-
ción para la especie. A pesar del registro de
distribución a más de 1000 km a partir de su
límite sur conocido (Guaglianone, 1996;
Guaglianone et al., 1998; Marticorena et
al., 1998), no se debería sobrevalorar su
nueva extensión de la presencia (UICN,
2012), dado la reducida área de ocupación,
escasez de conocimiento disponible respecto
a su distribución, la dificultad de acceso al
área para adicionar datos, el reducido nú-
mero de exploraciones, registros y colectas
en alta montaña de Chile Central, que obsta-
culizan la confección de un mapa de la co-
rología para establecer su área de ocupa-
ción. Además, el humedal donde habita la
especie está condicionado por estocasticidad
ambiental propia de procesos geomorfológi-
cos que condicionan la dinámica de los eco-
sistemas de alta montaña (avalanchas, de-
rrumbes, remoción en masa), así como la
presencia de proyectos de minería a gran
escala aledaños a la cuenca explorada que
eventualmente podrían afectar a las comuni-
dades vegetales del sector. De acuerdo a los
factores señalados, se plantea que el estado
de conservación de la especie sea definido
bajo Datos Insuficientes (DD), de manera si-
milar a lo expuesto por García (2013), hasta
que información complementaria aporte an-
tecedentes adicionales para modificar su es-
tatus de conservación.
AGRADECIMIENTOS
A las curadoras de los Herbarios SGO y
CONC, Gloria Rojas y Alicia Marticorena,
por el apoyo, proporción de literatura y co-
mentarios. A Jimena Arriagada por su cons-
tante ayuda. Larisa Donoso por el apoyo con
software SIG y confección de Fig. 1. Fabiola
Gamboa por la amabilidad de proporcionar
material de Surire e Itiza. Daniel Montesinos
por su buena disposición y comentarios. Se
agradece a los árbitros por sus sugerencias
en el manuscrito.
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