W. A. Muiño, L. Fernández: Plantas, dolencias y actores sociales vinculados...
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interpretar un fenómeno tan complejo de la
realidad como es la dualidad simbiótica hu-
mano-planta. Esclarecer las causas y los
efectos de esta relación es uno de los gran-
des desafíos de esta disciplina.
Los desórdenes de la salud expresados
por la población que abarcó este estudio son
similares a los de otras comunidades rurales
de zonas montañosas de Argentina. Los re-
sultados aquí expuestos contrastados con
otras investigaciones en esas áreas rurales
muestran, aunque a veces no en el mismo
orden, una coincidencia en la aparición de
desórdenes asociados al sistema digestivo,
circulatorio y respiratorio (Hilgert, 2001;
Martínez et al., 2004; Arias Toledo, 2009;
Scarpa, 2009). En función de la etiología de
cada una, puede haber diferentes criterios
en la manera de clasificarlos (Idoyaga Moli-
na, 2001), pero si se toma el seguido por
Palma (1973) en causas sobrenaturales y
naturales, se puede constatar que en este es-
tudio los entrevistados han identificado ma-
yoritariamente dolencias que se encuadran
dentro del segundo grupo.
Los factores ambientales y culturales se
destacan entre las principales causas de las
dolencias en la región desde el punto de vis-
ta de los pobladores, pero estas se relacio-
nan en forma unidireccional con alguno de
esos factores y no de manera integrada. Un
buen ejemplo de esto es atribuir a las incle-
mencias del ambiente, principalmente al
frío intenso y a la humedad, las causas de la
incidencia de la artritis y otras dolencias reu-
matoides, pero no se reconoce su vincula-
ción con la dieta con fuerte predominio de
las carnes rojas propia de esta población.
Asimismo, los desequilibrios en la dieta fue-
ron identificados como factores causales de
los desórdenes digestivos, pero escasamente
relacionados con los trastornos del sistema
circulatorio o de las litiasis de diferente lo-
calización. Estas interpretaciones llevan a
reflexionar sobre la existencia de desafíos
pendientes en torno a la educación para la
salud que merecen ser considerados por las
instituciones sanitarias y educativas de la
región.
Es para destacar la falta de evidencias
que señalen el vínculo sólido entre la medici-
na tradicional local y la teoría humoral, un
fenómeno que ha sido ampliamente compro-
bado en otras comunidades rurales de Argen-
tina (García y Jiménez, 1986; Hilgert, 2001;
Idoyaga Molina, 2001; Scarpa, 2004, Martí-
nez, 2010) y América latina (Foster, 1953;
Currier, 1966). Esta falta de nexo, también
advertida en otros estudios de la región
(Muiño, 2011), no guarda relación con lo
observado en el norte de Cuyo (Idoyaga Mo-
lina, 1999) o en diferentes áreas serranas de
Córdoba (Arias Toledo et al., 2007; Mense-
guez et al., 2007; Martínez, 2010), donde el
síndrome cálido-fresco sí estaría presente
dentro de la cultura local. Aquí, en cambio,
los puntos de contacto entre las prácticas
terapéuticas y este corpus etnocientífico solo
pueden expresarse a través del empleo de
especies vegetales que «dan calor al cuerpo»
para las dolencias que bajan su temperatura
o provocan una intensa sensación de frío.
El comportamiento de la población cuan-
do experimenta el proceso de enfermedad es
similar al que ocurre en comunidades rura-
les cercanas del oeste de la provincia de La
Pampa (Muiño, 2011). En este sentido, la
presencia de los centros asistenciales de sa-
lud es valorada y percibida positivamente
por la población, pero asimismo es necesa-
rio destacar que la actitud del profesional de
la salud hacia la medicina tradicional puede
jugar, a escala local, un papel sumamente
importante en la pérdida o persistencia de
esos conocimientos y prácticas locales.
En la medicina tradicional de esta comu-
nidad, la recolección de plantas es la activi-
dad preponderante, indudablemente favoreci-
da por el medio natural con un relieve que-
brado que ofrece posibilidades de existencia
de una multiplicidad de ambientes, que da
como resultado una mayor diversidad vege-
tal si se la compara con los ambientes llanos
y uniformes ubicados a pocos kilómetros
hacia el E. Esta actividad, que se lleva a
cabo solo con fines de consumo familiar, se
realiza a pequeña escala, a diferencia de lo
que ocurre en otras provincias con relieve y
vegetación similar (Bustos y Bonino, 2005;